Santiago de Chile, 6 dic (EFE).- La Nunciatura Apostólica en Chile informó hoy que la Santa Sede inició una investigación en la Congregación de las Hermanas del Buen Samaritano por los abusos denunciados por exmonjas en los que aparecen involucrados sacerdotes que tenían a su servicio a las afectadas.
Según un comunicado de la representación diplomática de la Santa Sede en Chile difundido este jueves, la investigación estará a cargo de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.
"Para tal fin, el mencionado Dicasterio romano ha nombrado visitadora apostólica a la reverenda hermana Rosario Alonso (Hija de María Auxiliadora), que será apoyada en esta tarea, en calidad de Socio, por el reverendo Maurizio Bridio, de la Orden Franciscanos Menores Conventuales", precisó la nota.
Durante la visita apostólica serán escuchadas las religiosas que pertenecen o que han sido parte del mismo Instituto, en la ciudad chilena de Talca, en el sur de Chile, así como las personas particularmente vinculadas a él.
La finalidad de esta iniciativa tiene como fin recoger la información necesaria para un conocimiento profundo de la Institución y de transmitirla a la Santa Sede, en vista de las decisiones que se considere oportuno tomar.
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El pasado 25 de julio, un grupo de monjas que dejaron la Iglesia católica denunciaron haber sido "por años" abusadas sexualmente por curas y desoídas por las autoridades eclesiásticas en la congregación "Hermanas del Buen Samaritano", en la región chilena de Maule.
En declaraciones al programa de investigación periodística "Informe Especial", de la televisión chilena (TVN), las religiosas aseguraron haber sido también víctimas de abusos laborales en el convento situado en el municipio de Molina, a 210 kilómetros al sur de Santiago.
Agregaron que tras denunciar los abusos a sus superioras, fueron castigadas y expulsadas de la congregación sin ninguna compensación.
Yolanda Tondreaux, una de ellas, dijo que sufrió abusos apenas se puso los hábitos: "Un sacerdote se me acercó, me tocó el pecho y me dio besos en la cara llegando hasta los labios".
"Me manoseó. Me dio asco", añadió y aseguró que acudió de inmediato ante la madre superiora, Patricia Ibarra, y denunció lo ocurrido, pero ella, lejos de ayudarla, la trató de "mentirosa" y le ordenó confesarse con el mismo cura denunciado.
"Las chicas jóvenes se fueron del convento por lo mismo, porque habían curas que las manoseaban", sostuvo Tondreaux en el reportaje del medio chileno.
Afirmó haber visto durante su vida de monja entregar cheques de hasta 20 millones de pesos (unos 30.700 dólares) a sacerdotes que afrontaban denuncias por abusos.
En cambio, ella fue parte de un grupo de 23 monjas que fueron expulsadas de la congregación sin ningún resarcimiento económico por haber denunciado abusos, aseveró.
Según la Nunciatura Apostólica en Chile, las investigaciones en el caso de las monjas abusadas, se prolongarán por al menos dos meses.
Según un catastro publicado por la Fiscalía Nacional de Chile a finales de agosto, actualmente hay 119 investigaciones en curso contra 167 personas relacionadas con la Iglesia imputadas y 178 víctimas cuantificadas, 79 de las cuales era menores de edad cuando ocurrieron los hechos. EFE