El Congreso de Costa Rica aprobó este lunes la reforma tributaria impulsada por el presidente Carlos Alvarado que aumenta los impuestos y con la que se pretende frenar el deterioro de las finanzas públicas para las finanzas públicas del país.
La reforma fiscal le costó al Gobierno de Alvarado más de tres meses de desgaste político y de confrontación con los sindicatos.
El plan fue aprobado en segundo y definitivo por el Congreso con 34 votos a favor y 17 en contra, con 51 diputados presentes de los 57 que integran el Poder Legislativo.
Tras las la aprobación legislativa en segundo debate, el mandatario firmó la ley y aseguró que con ello Costa Rica ha evitado una crisis económica, informa Telesur.
"Como Presidente he hecho absolutamente todo lo que está en mis manos por proteger al país de una crisis fiscal como la que vivimos en los años ochenta. Con la aprobación de la reforma el día de hoy, Costa Rica ha evitado una crisis y da un paso que trae estabilidad y confianza", afirmó Alvarado.
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La reforma fiscal era una prioridad para el Gobierno desde que comenzó su mandato en mayo pasado, sin embargo fue a partir de septiembre, con el avance de la discusión en el Congreso, que la administración de Alvarado ha sufrido una extensa confrontación con los sindicatos que se oponen al plan fiscal.
De acuerdo a la encuesta de noviembre del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la estatal Universidad de Costa Rica (UCR) el 83 por ciento de la población califica de manera negativa la situación económica del país, un 70 por ciento considera que el rumbo es malo, mientras las opiniones negativas a la labor de Alvarado suman 52 por ciento. El mandatario solo recibió un 30 % de opiniones favorables.
El 10 de septiembre pasado los sindicatos comenzaron una huelga indefinida que poco a poco fue perdiendo fuerza. En la actualidad solo dos sindicatos de maestros se mantienen en el movimiento.
La reforma fiscal modifica el impuesto de ventas del 13 por ciento a un Impuesto al Valor Agregado (IVA), aumenta la cantidad de productos y servicios gravados.
Además, incluye ajustes en el impuesto sobre la renta y la disminución de beneficios salariales a los trabajadores públicos.
Las autoridades señalan que la reforma es sólo la primera puerta de un proceso de estabilización fiscal para evitar trastornos que afecten el crecimiento económico de la nación centroamericana.