Port-de-Paix (Haití), 8 oct (EFE).- Haití, el país más pobre de América, volvió a sufrir el embate de la naturaleza tras el sismo de magnitud 5,9 del sábado, que, según datos oficiales divulgados hoy, causó 15 muertos y 333 heridos, cuya atención médica se dificulta por las precarias condiciones de los hospitales en las zonas más afectadas.
El temor a que se produzcan nuevos temblores ha llevado a muchas personas a dormir en carpas, en las entradas de sus hogares, según comprobó hoy Efe en localidades como Port-de-Paix, en la costa noroeste, una de las zonas más afectadas por el terremoto y de las más pobres del país.
El último informe de Protección Civil indica que 7.000 casas resultaron destruidas por el terremoto, cuyo epicentro se registró frente a la costa noroeste, 20 kilómetros al norte de Port-de-Paix y a 175 kilómetros de la capital, Puerto Príncipe, a una profundidad de 15,3 kilómetros, y al que han seguido varias réplicas, unas de ellas de magnitud 5,2 este domingo.
En Port-de-Paix, en el departamento Noroeste de Haití, murieron 9 personas, mientras que otras cinco fallecieron en Gros Morne, en el departamento de Artibonite, y una en Saint-Louis du Nord.
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La precariedad en el hospital de Port-de-Paix, el Inmaculada Concepción, considerablemente agrietado, afecta la atención a los heridos por el terremoto, que ha revivido el horror causado por el sismo de 2010 de magnitud 7, que causó más de 300.000 muertos, un número similar de heridos y unos 1,5 millones de damnificados.
Muchos de los heridos están recibiendo atención en las afueras de este hospital, cuyo responsable de la unidad de urgencia, Rubén Pierre, reconoció en declaraciones a Efe las limitaciones del centro para dar asistencia a los heridos, así como a las personas que se han acercado por síntomas de ansiedad por la situación.
El doctor Pierre señaló, además, que "la gente tiene miedo de los edificios", por lo que han preferido dormir fuera de sus casas.
Médicos y enfermeras durmieron también en unas colchonetas que colocaron sobre una vereda del recinto, en espera de que algún paciente necesitara de sus servicios, como fue el caso de una joven con síntomas de parto, que fue atendida bajo una carpa improvisada junto a una decena de heridos.