La Marina mexicana incineró en una base militar de la sureña ciudad de Acapulco 4,7 toneladas de cocaína, 468 kilos de marihuana y 54 pastillas psicotrópicas decomisadas en los estados de Guerrero y Morelos, informó hoy el Gobierno guerrerense.
En el acto de destrucción de las drogas, el procurador general de la República (fiscal), Alberto Elías Beltrán, celebró que "se está dando un paso en la protección a la población, pues se retira de circulación un material que resulta dañino".
Asimismo, informó que la fiscalía está "agilizando" la destrucción de instrumentos usados para el cultivo de drogas que fueron decomisados para "destruir los bienes ilícitos y los riesgos de seguridad y de salud".
Por su parte, el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, se felicitó de que "lo que hoy se incinera deje de circular y pueda dejar de ser una amenaza en esta cantidad, especialmente para jóvenes y también para hombres y mujeres que sin duda enfrentan problemas de adicciones".
Estas acciones contrastan con las del Congreso del estado de Guerrero, que aprobó el 18 de agosto presentar una iniciativa ante el Congreso de México para legalizar el cultivo, producción y comercialización de la amapola, planta con la que se produce la heroína.
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Alrededor de un 60 % de la producción mexicana de amapola tiene lugar en Guerrero, donde es el sustento económico de al menos 1.287 comunidades, según la Agencia Estadounidense Antidrogas (DEA).
Además, el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, que asumirá la Presidencia el 1 de diciembre, ha abierto la puerta a despenalizar algunas drogas para "pacificar el país" ante la violencia del narcotráfico. EFE