El obispo emérito de la ciudad chilena de Osorno, Juan Barros, declaró hoy en la Brigada de Delitos Sexuales de la Policía de Investigaciones (PDI), en calidad de imputado en el caso de presunto encubrimiento de abusos sexuales al interior de la Iglesia Católica.
Barros llegó hasta las dependencias policiales por un eventual encubrimiento en el marco de la indagatoria por los presuntos abusos sexuales cometidos por el excapellán castrense, Pedro Quiroz.
En su breve conversación con los periodistas, el religioso que fue discípulo de Fernando Karadima, un cura que tuvo una gran influencia en la Iglesia chilena, aseguró no tener mayor información sobre el proceso judicial en curso.
Karadima fue formador de medio centenar de sacerdotes, cinco de ellos devenidos en obispos, a quien la justicia vaticana suspendió de por vida en 2010 tras confirmarse que abusó sexualmente de niños y jóvenes cuando era el titular de la parroquia "El Bosque", en un sector pudiente de Santiago.
Respecto de su alejamiento de la vida pública después de que el papa aceptara su renuncia, Barros señaló que vive un nuevo proceso tras la decisión que tomó Francisco.
"Estoy en un periodo de vida sencilla", remarcó el cura que fue denunciado por varias víctimas como presunto encubridor de los abusos cometidos por Karadima cuando este era párroco.
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En relación con el presbítero Quiroz, el Obispado Castrense informó que en julio del 2018 recibió una denuncia por abuso sexual de un menor de edad en contra del religioso.
Precisó que los hechos denunciados ocurrieron en 1997 y a principios de agosto se inició una investigación previa para determinar la verosimilitud de los hechos denunciados.
Aseguró, asimismo, que el sacerdote ya había sido investigado por la Congregación para la Doctrina de la Fe por dos denuncias por abuso sexual de menores a mediados del año 2000, sin que se pudieran obtener las declaraciones necesarias de las víctimas para llegar a determinar responsabilidades.
El pasado 31 de agosto, la Fiscalía Nacional de Chile informó de la existencia de 119 causas abiertas por la presunta comisión de delitos sexuales por parte de personas relacionadas con la Iglesia católica.
En ese sentido indicó que actualmente son 167 las personas imputadas y 178 las víctimas cuantificadas en todas estas investigaciones, en una nueva actualización del catastro de casos existentes que hizo público hace un mes.
Además, entre el total de víctimas, 79 de ellas eran menores en el momento en el que ocurrieron los hechos. EFE