El olor nauseabundo que despedía el cuerpo de la modelo venezolana Jennifer Ramírez Rivero fue lo que alertó a los vecinos para entrar en su departamento.
Ramírez Rivero, de 39 años, residía en un apartamento en la ciudad de Cúcuta, al norte de Colombia. Su cadáver fue hallado el pasado viernes 24 de agosto, con signos de estrangulamiento y en estado de descomposición, dentro del domicilio que compartía con su hijo de dos años.
El niño fue encontrado con vida, pero tenía evidentes signos de desnutrición y deshidratación porque estuvo al lado del cuerpo de su madre por aproximadamente cinco días, recoge El Tiempo. Efectivos de la Policía Metropolitana de Cúcuta tomaron en custodia al infante y lo trasladaron a un hospital cercano para que recibiera atención médica y alimentos. Actualmente, el menor está bajo el amparo del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF).
Sospechosos
Según las autoridades, el principal sospechoso es un hombre que pretendía a la mujer y que, después del hecho, no volvió a frecuentar el departamento ni se apareció en el sepelio. "Todo indica que es un crimen pasional", dijo el coronel Javier Barrera, comandante de la Policía Metropolitana de Cúcuta, refiere La Opinión.
El dato que preocupa es que se trata del décimo feminicidio que ocurre en ese departamento en lo que va de año: tres más con respecto al mismo período de 2017. ¿Lo más revelador? Cinco de esas muertes corresponden a mujeres venezolanas.
Las primeras pesquisas de la Brigada Interinstitucional contra Homicidios (Brinho) indican que el hecho acaeció el pasado lunes 20 de agosto y, por la pijama que tenía puesta la víctima, se presume que el crimen se perpetró en horas de la mañana.
Otra de las hipótesis vincula a una mujer que presuntamente habría amenazado de muerte a la modelo venezolana, quien procedió a hacer la denuncia formal. Según medios locales, una amiga de la víctima mostró la citación hecha por la Fiscalía a la supuesta agresora, detalla El Espectador.
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¿Quién era la víctima?
Ramírez Rivero era una modelo y diseñadora venezolana, oriunda de San Cristóbal y de padres colombianos, quien se había trasladado temporalmente a territorio de ese país con planes de emigrar a otra parte, revelaron sus familiares. Para ahorrar, se dedicaba a vender prendas de vestir y tortas al frente de su edificio.
La mujer estaba en la víspera de su cumpleaños número 40, y sus vecinos advirtieron que una persona llegó a su domicilio con flores para celebrar su natalicio, poco antes de que ocurriera el asesinato.
En la escena del crimen no había señales de que se hubiese violentado la cerradura del departamento, pero sí parece evidente que el presunto homicida sustrajo documentos de identidad de Ramírez Rivero.
"Tanto familiares como seres queridos no creemos que haya sido un robo, por muchos detalles que se hayan revelado en torno a esta pérdida, que seguimos llorando y lamentando", dijo Gustavo Azócar Alcalá, amigo de Jennifer, durante el sepelio.
