Lima, 4 jul (EFE).- Al menos 17 mujeres fueron quemadas por sus parejas o excompañeros sentimentales, y 11 de ellas murieron, desde el año pasado hasta la fecha, en una de las modalidades más crueles de feminicidio en el Perú, según un informe de la Defensoría del Pueblo publicado hoy en Lima.
El mayor número de feminicidios haciendo uso de combustible o agua hirviendo para quemar a sus víctimas se presentó en la región Arequipa, al sur del país, con cuatro casos, seguido por la capital Lima con dos ataques mortales.
Asimismo, en las regiones andinas de Cusco, Puno y Ancash, la costeña de La Libertad y la amazónica de San Martín se produjo un caso, en cada una de ellas.
Los intentos de feminicidio por quemadura se produjeron en Lima (dos casos), Ancash, San Martín, Puno y Tacna.
Estos casos han sacudido a la sociedad peruana como los más recientes ocurridos en Lima contra Eyvi Agreda, de 22 años, que murió el mes pasado tras ser rociada con combustible en un ómnibus urbano por su acosador, o el ataque sufrido por Juanita Mendoza, de 31 años, en Cajamarca por parte del exconviviente de su hermana.
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El estudio de la Defensoría agregó que, desde 2017 hasta la fecha, también hubo tres feminicidios de mujeres embarazadas en Lima, Lambayeque y La Libertad, y otras seis tentativas de feminicidio de embarazadas en Lima (tres casos), Junín, Cusco y Arequipa, bajo otras modalidades de ataque.
La psiquiatra del Instituto Nacional Materno Perinatal, Marta Rondón, declaró en el informe que "el feminicidio es una expresión más de la cultura patriarcal, por lo tanto, el cambio cultural en busca de la construcción de una sociedad igualitaria es de la máxima prioridad".
Rondón agregó que "el ataque a la cara se explica como un acto de despersonalización en el contexto de un ataque expresivo de emociones hostiles. Se trata de destruir no solamente la cara sino la persona que esa cara representa". EFE