Río de Janeiro, 14 jun (EFE).- Agentes de la Policía y de la Fiscalía lanzaron hoy una operación contra el Primer Comando de la Capital (PCC), la mayor organización criminal de Brasil y que es comandada desde los presidios, con la que pretenden arrestar a varios de sus integrantes, informaron fuentes oficiales.
La operación, que se extiende por 14 de los 27 estados brasileños, busca neutralizar una ramificación del Primer Comando de la Capital conocido como "Resumen de los Estados", subordinado directamente a los líderes de la organización y que coordina las acciones de la mafia en diferentes regiones de Brasil y en países vecinos, como Paraguay y Colombia, informó el Ministerio Público en un comunicado.
El juez responsable por la investigación ordenó el arresto de 75 de los 103 integrantes de este grupo que fueron identificados, en su mayoría residentes en el estado de Sao Paulo (35) y algunos de los cuales se encuentran encarcelados.
Además de las detenciones, los agentes de la Policía Civil del estado de Sao Paulo que participan en la operación recibieron mandatos para registrar 59 inmuebles en diferentes ciudades del país desde donde la organización criminal al parecer comanda sus operaciones.
Según la Fiscalía, la investigación fue iniciada en 2017 a partir de manuscritos de la organización hallados en las redes de cloacas del presidio Presidente Bernardes, una cárcel de máxima seguridad en el interior de Sao Paulo, el estado más poblado de Brasil.
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En la época estaba recluido en este presidio, en donde cumplía parte de su condena a 332 años de prisión, el narcotraficante Marco Willians Herbas Camacho, conocido como Marcola y que es considerado como el máximo líder y uno de los fundadores del PCC.
Las investigaciones permitieron establecer que tanto Marcola como otros dirigentes de la organización que están presos mantienen contacto permanente con miembros del PCC en los diferentes estados de Brasil para coordinar diferentes actividades criminales.
De acuerdo con las autoridades brasileñas, el PCC, que nació en las prisiones de Sao Paulo, ya actúa en prácticamente en todo el país y su número de integrantes saltó en los últimos cuatro años en casi seis veces, desde unos 3.000 en 2014 a cerca de 20.000 en 2018.