La autopsia que le practicaron a una bebé reveló escalofriantes detalles lo que ha causado mucha indignación entre los pobladores de Puerto Esperanza, Argentina.
El pasado mes de marzo una bebé de 16 meses fue asesinada por su madre dentro de su vivienda, pero fue la autopsia la que dio escalofriantes detalles de lo que realmente le habría ocurrido.
La madre de la niña fue detenida casi tres meses después del asesinato de la bebé cuyo crimen causó conmoción el pasado 12 de marzo.
La mujer, madre de la bebé, se dirigió junto a su hija mayor (4 años) hasta la casa de su hermana, quien le preguntó por la pequeña, a lo que esta solo respondió que "no está más".
Tras la fría respuesta de la mujer, la tía habría encontrado a la bebé muerta y con ello dio aviso inmediatamente a la Policía, destacó Ojo.
Después de ello, médicos forenses hicieron exámenes al cuerpo de la bebé fallecida y descubrieron que la pequeña de apenas 16 meses fue asesinada, pero no solo ello, también encontraron un alto grado de alcohol en su sangre.
Asimismo los resultados de la autopsia dieron a conocer que la bebé murió debido a una asfixia mecánica, además presentaba 0.48 gramos de alcohol por litro de sangre.
La madre de la bebé fue inmediatamente detenida por el presunto delito de "homicidio calificado por el vínculo", aunque al ser interrogada por las autoridades se negó a declarar.
Hasta el momento se maneja la hipótesis de que la mujer le habría dado alcohol a la bebé antes de acabar con su vida.
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Cabe destacar que en el pasado mes de mayo la justicia argentina condenó a cadena perpetua a un hombre que el año pasado asesinó a su hijastro y a la mujer que compartía su vida con él tras darles de tomar "agua bendita".
La Sala II del Tribunal de Juicio salteño, presidida por Ángel Amadeo Longarte, condenó a Franco Rodrigo Gaspar Cinco a cadena perpetua por los delitos de "homicidio simple en grado de tentativa en concurso real con homicidio doblemente calificado por la relación de pareja y por el medio utilizado".
El hecho se registró el 5 de junio de 2017, en la casa de la familia de la víctima, Alejandra Párraga, ubicada en la calle Gorriti al 800, de la capital salteña.
El joven condenado, es de oficio periodista, la envenenó y también al pequeño hijo de ella, Amir de dos años.
