Río de Janeiro, 11 jun (EFE).- Una ciudad del sur de Brasil confirmó 510 casos de toxoplasmosis de 1.213 registrados, el mayor brote de esta enfermedad presentado en la historia del gigante suramericano, informaron hoy fuentes oficiales.
De acuerdo con la Secretaría de Salud de Río Grande do Sul, estado del sur de Brasil fronterizo con Argentina y Uruguay, fueron confirmados 510 casos de toxoplasmosis en la ciudad de Santa María, de los 1.213 registrados por un brote del que se conocen sus causas. Otros 212 permanecen en investigación y 185 están descartados.
Una de las hipótesis de transmisión sería por el agua, por lo que se recogieron siete muestras de agua en Santa María de embalses, pozos artesanales y vertientes naturales, según la Secretaría.
Los técnicos también recogieron dos muestras de lodo de los depósitos de agua en localidades donde existen registros de casos confirmados.
Las muestras fueron encaminadas al Laboratorio Central de Salud Pública de Río Grande do Sul para análisis en primera clasificación y esos resultados serán remitidos a la Universidad de Londrina la próxima semana. Los resultados deben ser divulgados en hasta 15 días.
Hasta entonces, la alcaldía ha orientado a los habitantes del municipio a hervir el agua que sale de los grifos por lo menos 10 minutos antes del consumo, lavar muy bien frutas y verduras y evitar el consumo de carnes crudas.
La toxoplasmosis, conocida popularmente como la enfermedad de los gatos, es una enfermedad infecciosa, congénita o adquirida, causada por un protozoo llamado Toxoplasma gondii, encontrado en las heces de los gatos y otros felinos. Los hombres y otros animales también pueden hospedar el parásito.
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Se puede adquirir a través de la ingestión de alimentos contaminados -en particular carne cruda o mal pasada, principalmente de cerdo y de carnero- y vegetales que abriguen los quistes del Toxoplasma después de haber tenido contacto con las heces de animales hospederos.
La toxoplasmosis no es contagiosa entre los humanos, que también pueden adquirirla a través de cuchillos y otros utensilios de cocina contaminados, la ingestión de frutas y vegetales mal lavados y a través de transfusiones de sangre o trasplantes de órganos.
La enfermedad también puede ser congénita. En este caso, se transmite de la madre infectada al bebé a través de la placenta. Si la mujer fue diagnosticada con la enfermedad un poco antes o durante la gestación, las posibilidades de que ella pase la inflamación al hijo son del 30 % en promedio. EFE