Ciudad del Vaticano, 2 jun (EFE).- El grupo de sacerdotes chilenos que sufrieron abusos sexuales en Chile y que hoy contaron sus experiencias al papa Francisco en el Vaticano confían en que el pontífice propicie una renovación en la Iglesia católica en el país que permita que "nunca más" existan escándalos como estos.
"Estamos totalmente confiados y esperanzados con todo lo que (el papa Francisco) está haciendo, que es un proceso que va a conducir a renovar la Iglesia", dijo Eugenio de la Fuente en las proximidades del Vaticano.
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De la Fuente es uno de los sacerdotes víctimas del cura Fernando Karadima, condenado en 2011 por la Justicia canónica a una vida de reclusión y penitencia por abusar de menores, en la parroquia del Sagrado Corazón de Providencia de El Bosque.
De la Fuente argumentó que "hay que corregir la situación para que la Iglesia" sea un espacio para todos y "que esto nunca más ocurra".
El papa Francisco conversó hoy durante cuatro horas y media con De la Fuente, otros sacerdotes chilenos víctimas de abusos, dos sacerdotes que han asistido a las víctimas en su recorrido jurídico y espiritual, y dos laicos implicados en este proceso.
El papa primero les recibió de forma individual y después mantuvo una reunión conjunta, según declaró.
Francisco Javier Astaburuaga Ossa, sacerdote que acompañó durante veinte años a James Hamilton y Juan Carlos Cruz, también víctimas de Karadima y que fueron recibidos por el papa a principios de mayo, afirmó que durante las conversaciones no fue mencionado el obispo de Osorno, Juan Barros, considerado uno de los encubridores de Karadima.
Dijo que el papa escuchó con atención en todo momento y pidió a las víctimas perdón "en nombre de la Iglesia".
Astaburuaga Ossa contó que el papa también les informó de que enviará en los próximos días al maltés Charles Scicluna y al español Jordi Bartomeu, quienes ya elaboraron el informe sobre los abusos a menores por parte de clero chileno, a la diócesis de Osorno, donde se encuentra el obispo Barros.
Y también les subrayó que en el proceso de reforma de la Iglesia católica chilena debe participar "todo el pueblo creyente", no solo sacerdotes y obispos.
"Es tarea de todos, no solo de algunos. Somos todos responsables, sacerdotes, laicos, pueblo fiel, es una tarea conjunta", apuntó Astaburuaga Ossa, antes de confirmar que el papa Francisco ya no mantendrá más encuentros con ellos este domingo.
El pontífice argentino ha recibido a estas víctimas después de conversar a principios de mayo en el Vaticano con Hamilton, Cruz y José Andrés Murillo, que también sufrieron los abusos de Karadima y que desde hace tiempo exigen que se haga justicia.
En aquellas conversaciones, el papa les escuchó y les pidió perdón en nombre propio y de la Iglesia, y ellos a su vez le solicitaron que adoptara acciones ejemplares y ejemplificadoras.
Poco después, Francisco llamó al Vaticano del 15 al 17 de mayo a los obispos chilenos y tras las reuniones todos pusieron sus cargos a su disposición, al asumir sus "graves errores y omisiones" en los casos de abusos sexuales a menores en el país.