Las autoridades brasileñas investigan la posible violación de una niña de 11 años cometida por 14 hombres durante una fiesta funk en el municipio de Praia Grande, en el litoral del estado de Sao Paulo, informaron hoy fuentes oficiales.
El supuesto abuso sexual ocurrió la semana pasada y solo fue denunciado en la víspera a la Policía, que ha abierto una investigación para identificar y detener a los sospechosos.
Según informó la Secretaria de Seguridad de Sao Paulo, la víctima ya prestó su declaración sobre los hechos ante la Policía con apoyo del Consejo Tutelar para menores, pero aún tiene que someterse a diversos exámenes clínicos en el Instituto Médico Legal (IML).
La Alcaldía de Praia Grande indicó que la niña está recibiendo todos los cuidados posibles en relación a su salud y protección y recordó que las fiestas de estilo funk, originado en Río de Janeiro y con gran influencia del hip hop, no están autorizadas en la localidad.
Las autoridades han evitado dar más detalles sobre el asunto con objeto de preservar la identidad de la menor afectada, destacó Ojo.
En 2017 se registraron otras violaciones colectivas a menores en Brasil, varias de ellas en zonas empobrecidas de Río de Janeiro.
Aunque las relaciones sexuales lleguen a ser consentidas, el Código Penal brasileño tipifica como violación cualquier tipo de intimidad con una menor de 14 años.
Recordemos que a Policía brasileña detuvo a inicio de marzo a un hombre acusado de violar al menos a 13 mujeres en los últimos meses, eligiéndolas por Internet al engañarlas con falsas promesas de trabajo, informan medios locales.
El detenido, identificado como Alexandre Silva de Souza, de 31 años, confesó que violó a estas mujeres a las que citó en Olinda, en la región metropolitana de Recife (nordeste), a partir de engaños sobre empleo que él mismo publicaba en una página web.
Te recomendamos: Matan de una certera puñalada a tico violador
De Souza se encontraba huyendo de la justicia desde marzo de 2017, cuando las autoridades le concedieron el régimen semiabierto y él aprovechó para no volver a la cárcel en la que cumplía pena por otros delitos de violación y robo.
"Marcaba siempre próximo a su casa. Iba siempre bien vestido y a veces contrataba un servicio de transporte por aplicación para hacerse pasar por su propio chófer. Bajaba a una zona boscosa y ahí practicaba las violaciones", afirmó en rueda de prensa el comisario Eronides Meneses.