SAN SALVADOR (AP) — Familiares, amigos y compañeros de trabajo participaron el martes en el funeral de la periodista salvadoreña Karla Turcios, que inició con una misa de cuerpo presente y siguió con el traslado del féretro hasta un cementerio privado donde fue sepultada.
Se presume que la periodista de 33 años, que laboraba para la revista El Economista, del Grupo La Prensa Gráfica, fue privada de libertad el sábado cuando se encontraba en su casa en un populoso barrio de San Salvador. Horas más tarde, su cuerpo sin vida fue localizado en una carretera del municipio de Santa Rosa Guachipilín, departamento de Santa Ana, 133 kilómetros al noreste de la capital.
El director de la Policía Nacional Civil, comisionado Howard Cotto, informó que el cuerpo de Karla tenía dos bolsas plásticas alrededor de la cabeza, y que no se le encontraron lesiones de arma de fuego, sino signos de estrangulamiento.
En sus discursos de despedida, familiares y colegas de la periodista expresaron su dolor por el crimen y demandaron justicia.
“En este país están matando personas con mucha hidalguía, con mucha capacidad y lamentablemente la vorágine de la violencia se está llevando a mi hija, a los mejores hijos”, dijo sin poder contener el llanto el padre de Karla, Demetrio Turcios.
“Pedimos al gobierno justicia y que se aclare este crimen. Espero que se juzgue a esos delincuentes genocidas y se pueda sentar un precedente y que los delincuentes sean juzgados y condenados”, agregó.
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El jefe de la policía dijo durante una entrevista con la televisión local que siguen varias “línea se investigación” y que “este caso vamos a poderlo esclarecer en conjunto con la Fiscalía en poco tiempo”.
El esposo de la periodista, Mario Huezo, denunció que a las 12:30 de la tarde del sábado salió con el hijo de ambos y dejó a Karla descansando, todavía con ropa de dormir, y al regresar ya no la encontró. Turcios se habría llevado sus documentos personales y el teléfono celular. Huezo dice que intentó contactarla en su teléfono móvil y le dejó mensajes pero no respondió.
Cotto comentó que de acuerdo con la información preliminar en la vivienda no hay signos de violencia que revelen que la hubieran privado de libertad por la fuerza, al menos en ese lugar.
Periodistas que participaron en los actos fúnebres portaron carteles en los que exigían que se detenga la violencia contra las mujeres y demandaron “Justicia para Karla”.
Por su parte, la oficina de Naciones Unidas en El Salvador reiteró su llamado a las autoridades, instituciones nacionales y a la sociedad salvadoreña a redoblar esfuerzos para erradicar el feminicidio y la impunidad en estos hechos.
“Condenamos rotundamente la violencia contra las niñas, adolescentes y mujeres, y el feminicidio como su expresión más extrema”, dijo en un comunicado de prensa el coordinador Residente de Naciones Unidas en El Salvador, Christian Salazar.
Agregó que “para erradicarla es imperioso atacar la impunidad, investigar estos hechos e impartir pronta justicia. Asimismo, es preciso que la sociedad se movilice y se solidarice a favor de las niñas, adolescentes y mujeres que sufren agresiones”.