Un niño de 6 años reveló a través de un dibujo cómo sus compañeritos de clases eran abusados por su profesor de música. El caso ha causado indignación en Argentina.
El caso de abuso sexual estremece a la localidad de Villa Mercedes, en San Luis, donde un profesor de música quedó en prisión preventiva acusado de abusar sexualmente de cuatro alumnos de entre cuatro y seis años.
Los dibujos de un niño que presenció los abusos fueron determinantes a la hora de comprobar lo ocurrido, destacó Crónica.
Juan Manuel Chaves fue denunciado el 7 de diciembre del año pasado, momento en el que los padres de una alumna acudieron al establecimiento educativo San Buenaventura y exigieron respuestas a los directivos, ya que su hija les había contado cómo Chaves abusaba de ellos mientras jugaban al juego de “el gato y el ratón”.
Luego de ser indagado, el docente reconoció que solían jugar pero negó que haya tocado a alguno de sus alumnos. Ante este hecho, padres de otros alumnos también expresaron que sus hijos se comportaban de una forma extraña, por lo que comenzó una investigación para determinar qué pasaba en las aulas donde se dictaban las clases de música.
Micaela Eguinoa, abogada de los padres denunciantes, explicó que el profesor hacía jugar a los niños a ese juego, y quienes perdían eran separados y sometidos a abusos sexuales, entre los que incluía sacarse la ropa y manoseos.
Los menores implicados trabajaron en tres cámaras Gesell, donde contaron los detalles de lo que vivían en la sala de música.
Ante la lamentable situación un niño de seis años, que no participaba del juego por revoltoso y era apartado del resto, pudo reveló a través de unos dibujos lo que realmente pasaba con sus compañeritos.
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El niño hizo una secuencia de 17 papeles en los que representó los juegos perversos que organizaba el docente. La psicóloga forense María José Goldaracena, quien trabajó con el chico, detalló que “nunca quiso hablar.
Cuando se trataba el tema de los dibujos me miraba, fruncía el ceño, se tiraba al suelo, se ponía agresivo y rompía una hoja. Se quedaba sentado en una silla, no hablaba y empezaba a dibujar cosas con contenido sexual y mucha agresión contenida”, destacó la especialista.