El presidente Evo Morales aseguró que esta forma de administración representa un "modelo de autonomía indígena originaria" para los pueblos del mundo.
La milenaria etnia indígena Uru Chipaya (hombres del agua, en quechua), ubicada en el departamento de Oruro (oeste), conformó este miércoles un gobierno autónomo electo según sus costumbres y en el marco de la Constitución.
"Es un acto inédito para recuperar nuestras autonomías, se ha gestado un profundo cambio en democracia con la participación del pueblo boliviano", aseguró el presidente Evo Morales durante un discurso en la plaza de armas de la localidad.
Tras ser elegidos en cabildos celebrados según los usos y costumbres, a mano alzada o conteos verbales, ocho autoridades ocuparán el Laymis Parla (Legislativo) y una el Lanqsñi paqh Ma Eph (Ejecutivo), por un período de uno a dos años.
"Hoy consagramos y posesionamos la tercera autonomía indígena, originaria y milenaria Uru Chipaya, en Oruro, donde hermanas y hermanos van a administrar el pueblo chipaya, recuperando principios y valores como el Ama Sua, Ama Llulla y Ama Quella, legados de nuestros antepasados", "Mi gran deseo es que implementemos otra forma de administración, primero con transparencia y con mucha responsabilidad para ser un modelo de autonomía indígena originaria, no solamente para los pueblos de Bolivia, sino del mundo entero. Muchas felicidades y mucha suerte" dijo el mandatario boliviano a través de su cuenta de twitter.
La Carta Magna boliviana permite a los pueblos originarios la instalación de gobiernos autónomos para garantizar el ejercicio de la libre determinación en los territorios, regiones o municipios donde viven.
Este es el tercer gobierno autónomo registrado en la nación suramericana, luego del conformado por los indígenas guaraníes del pueblo Charagua Iyambae en enero de 2017 y el quechua Raqaypampa, a comienzos del año.
La comunidad Uru Chipaya, integrada por dos mil habitantes, habla el aymara, quechua y castellano; ocupa una extensión de 430 kilómetros cuadrados en los Andes y tiene rastros preincaicos de unos 2.000 a 2.500 años antes de Cristo.