El sismo se ha registrado a las 20:11 (hora local), a 40 kilómetros al este de la ciudad de Ayacucho, informa el Centro Sismológico Euromediterráneo (EMSC), que avisa de los terremotos en tiempo real.
El EMSC indica que el epicentro del temblor se ha localizado a una profundidad de 57 kilómetros, mientras que según los datos del USGS de EE.UU. esta fue de 61,7 kilómetros.
La magnitud del movimiento telúrico ha sido de 5,3.
Bajas temperaturas y lluvias en Centroamérica por frente frío
Por el momento no se tiene constancia de daños humanos o materiales.
El Canal N ha calificado el sismo de "fuerte" e indicó que el temblor había causado "bastante pánico y temor entre la población" de la zona afectada.
[LO ÚLTIMO] Sismo de 5.2 grados se registró en Huancavelica ? https://t.co/xqWoeDOgrG pic.twitter.com/jMl0SgEUR8
— Canal N (@canalN_) January 19, 2018
En contexto
Miles de peruanos rezan el Ave María con el papa Francisco
Miles de peruanos con globos blancos y amarillos, los colores del Vaticano, dieron este jueves una cálida bienvenida al papa Francisco en su trayecto desde el aeropuerto de Lima a la Nunciatura, donde rezó el Ave María coreado por una multitud.
Gritos de éxtasis -¡yeah, yeah, yeah!-, como si se tratara de una figura del rock, estallaron al paso de Francisco, quien saludaba con su brazo extendido, primero en un auto cerrado y luego en el célebre Papamóvil.
"He venido a ver de cerca al papa. Quiero pedirle por mi salud y de mis familiares", dijo a la AFP Rosa Saavedra.
Rosa aguantó de pie durante tres horas rezando con un rosario en la mano para poder ver al líder de la Iglesia Católica, quien llegó desde Chile, donde su visita estuvo cargada de protestas y polémicas tanto por los abusos sexuales del clero y el conflicto indígena.
Los fieles esperaron provistos de celulares, gorros para el sol, botellas de agua y alimentos para no perder su ubicación al lado de las avenidas por las que se desplazó la comitiva papal.
Francisco respondió al fervor, dirigiendo un breve saludo con micrófono a la multitudcongregada frente a la Nunciatura, a la que invitó a rezar juntos el Ave María.
Luego de la oración, se despidió con una frase que lo caracteriza: "Recen por mí, no se olviden, muchas gracias por haber venido todos hasta aquí".
