Los esposos Mario González Vega, 74 años, y Gregoria González Valdez, de 71, fueron hallados sin vida la mañana de este martes. El crimen de la pareja fue descubierto por un hijo, identificado como Luis González, quien llegó a visitar a los papás en el barrio San Jorge de Paso Canoas, al sur del país. La vivienda queda a 150 metros de la delegación policial.
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De acuerdo con las autoridades, el hijo acostumbraba ir todos los días donde sus papás. Este martes llegó a las 10:15 a.m.; sin embargo, le pareció muy extraño encontrar la puerta principal abierta y al asomarse descubrió la lamentable escena.
Michael Soto, jefe de Planes y Operaciones del OIJ, afirmó que los señores tenían múltiples golpes.
"Impresiona el nivel de ira y violencia importante, puesto que tienen una cantidad de lesiones repetidas sobre sus cabezas", manifestó Soto a La Teja.
Don Mario era oriundo de Alajuela y su cuerpo quedó en la sala, mientras que la esposa era de Puntarenas y quedó en uno de los cuartos.
Mencionó que las lesiones pudieron haber sido provocadas por un tubo o martillo, por el momento descartan que hayan utilizado algún puñal.
Carlos Hidalgo, vocero del Ministerio de Seguridad Pública, afirmó que el matrimonio, en apariencia, se dedicaba a prestar plata, por lo que las autoridades judiciales no descartan que la causa del doble crimen haya sido el robo.
Soto agregó que todas las habitaciones de la casa fueron revolcadas, por lo que presumen que los atacantes tenían algún tipo de relación con las víctimas.
"Hay objetos importantes de valor, así como dinero que las personas que llegaron no les prestaron interés", explicó Soto.
El OIJ de Ciudad Neily les pide a los lugareños que si tienen información sobre este doble asesinato, que por favor llamen a la línea confidencial 800 8000 645 del OIJ.
Yamileth Caballero, empleada doméstica de los viejitos, comentó que la pareja tenía 35 años de vivir en Paso Canoas, ella les trabajaba desde hacía un año.
"Cuando me avisaron no lo podía creer, ellos eran muy buenos, nunca les conocí problemas con nadie al igual que sus hijos. Yo solo les trabajaba dos veces por semana", manifestó Caballero.
La empleada explicó que el viejito era no vidente y salía muy poco, incluso Caballero era las que les hacía los mandados.