Al menos 18 personas murieron en Acapulco y Los Cabos, dos balnearios del Pacífico mexicano, durante varios enfrentamientos armados registrados este fin de semana, sumando un nuevo episodio de violencia en los epicentros turísticos del país.
Costa Rica: Mujer encontró a su "matador" con otra y la atacó a puñaladas
En la zona rural de Acapulco, un grupo de milicianos que se oponen al proyecto de la presa La Parota perpetró la madrugada de este domingo un ataque armado contra habitantes del poblado La Concepción, durante la celebración de una fiesta.
En estos hechos, ocho personas resultaron muertas, informó en conferencia de prensa el vocero de Seguridad de Guerrero, Roberto Álvarez Heredia.
Poco después, más de 100 agentes de la Policía Estatal y del Ejército fueron desplegados a La Concepción, pero los milicianos (llamados guardias comunitarios) atacaron a las fuerzas policíacas para impedir su ingreso y la aplicación de diversas órdenes de aprehensión.
Así, los agentes repelieron la agresión y abatieron a otros tres milicianos, indicó Álvarez Heredia.
En el operativo fueron detenidos 30 policías comunitarios junto a su dirigente, Marco Antonio Suástegui Muñoz, a quienes se les decomisaron 580 dosis de marihuana y siete armas de uso exclusivo de las fuerzas armadas, reportó de su lado Xavier Olea, fiscal general del estado.
Guerrero, sede de populares destinos de playa como Acapulco, Ixtapa y Zihuatanejo, es también uno de los estados más pobres del país y de los más golpeados por la violencia del crimen organizado.
En días pasados, un funcionario municipal estadounidense que vacacionaba en Zihuatanejo fue asesinado a tiros, señaló El Espectador.
Las bandas criminales que allí operan están coludidas con autoridades locales y enfrascadas en sangrientas disputas por el control de territorios para el cultivo y tráfico de marihuana y amapola, así como otras actividades como la extorsión y el secuestro.