La presidenta de Chile, Michelle Bachelet, calificó como "bueno" que el mandatario electo Sebastián Piñera tomara en cuenta muchos de los programas que ha trabajado en su Gobierno.
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Durante un desayuno en la casa de Piñera, la mandataria chilena destacó “me parece muy bueno que muchos de los contenidos, de los programas, de las temáticas que nosotros hemos planteado desde el programa de gobierno, durante el gobierno y que hemos llevado adelante, han sido tomados por la oposición”.
Asimismo, aseguró que esa decisión del nuevo presidente significa “un triunfo para que los chilenos y chilenas puedan vivir mejor, como la gratuidad (…) Si van a continuar me parece una gran noticia”.
Bachelet señaló que el encuentro entre ambos no es considerada una reunión protocolar, “sino una reunión de trabajo”, por lo que trataron diferentes temas de coordinación para el futuro traspaso de Gobierno que se viene en marzo de 2018.
En ese sentido, la mandataria anunció que enviará el proyecto de la Nueva Constitución, que incluye más de 70 reformas, “en el espíritu de respetar ese proceso de participación”.
Ante este anuncio, Piñera manifestó que “siempre han estado de acuerdo en que la Constitución debe perfeccionarse, pero siempre en un clima de colaboración”.
Por otra parte, Bachelet destacó que Chile está en un sistema democrático “donde la gente decide y los Gobiernos respetamos”, por lo que entregará la banda a quien fue electo, señaló TeleSur.
¿Qué le espera a Chile en el segundo mandato de Piñera?.
El triunfo de la derecha en Chile, en opinión de los analistas, no representa una alteración importante en el desarrollo de la política chilena, principalmente porque el modelo neoliberal se ha aplicado de manera continuada inclusive en gobiernos que se consideran de centro izquierda en el país.
Esta victoria de Piñera, con nueve por ciento de ventaja ante Alejandro Guillier, representa un nuevo viro hacia la derecha en el país austral, y se suma a la lista de presidentes de corte neoliberal que están en el poder en América Latina.
Su llegada a la Presidencia podría implicar un retroceso en las políticas sociales adelantadas por la presidenta Michelle Bachelet.
