SAYULITA, México (AP) — Bajo la mirada de los turistas, activistas y de la eficiente perra guardiana de nombre Lulú, una nueva generación de tortugas golfinas se abrió paso por el corto trayecto de arena hacia las cálidas aguas del Pacífico, con la esperanza de que algún día volverán a esta misma playa a poner sus propios huevos.
Las pequeñas tortugas se enfilan con gran determinación al mar, guiadas por su instinto natural, pero con la ayuda de los humanos: unas 35.000 tan solo este año.
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Todo comenzó hace una década, cuando Erik y Odette Jorgensen, una pareja de estadounidenses que vivía en la población costera de Sayulita, en el estado mexicano de Nayarit, observó durante sus paseos otoñales por la playa que las tortugas marinas cavaban sus nidos en la arena, solo para que poco después los humanos los saquearan.
“Comencé el programa hace 10 años después de ver 15 tortugas que se acercaron mucho a nuestro patio, y en menos de dos días, ya se habían robado los huevos de todos los nidos”, relató Erik Jorgensen. “Así que decidí que eso no era una buena idea y comencé un programa para traer los nidos hasta acá y protegerlos”.
Cuando se detecta a tortugas poniendo huevos en la segunda mitad del año, los voluntarios rápidamente los recogen y los reubican para su protección en una zona acordonada y resguardada frente al bar de Jorgensen, en donde Lulú, una mezcla de cocker de color blanco y marrón, los vigila cuando no hay humanos cerca.
Ahí se incuban durante unos 45 días hasta su eclosión, se cuentan y se liberan.
Cada año se protegen entre 300 y 400 nidos, y en los cinco años en los que se ha llevado un registro se tienen contabilizados 2.000 nidos. Esta temporada se estableció un récord del programa con 35.000 crías, de acuerdo a María Alejandra Aguirre, una bióloga marina que trabaja en el proyecto.
La protección de las tortugas en peligro es una carrera: Los saqueadores pueden llevarse hasta 100 huevos por nido y obtener hasta 50 dólares por cada nido. También son presas fáciles para las aves marinas y otros depredadores.
El campamento de tortugas de Sayulita ahora forma parte de una asociación civil conocida como Red Tortuguera AC, que cuenta con cinco instalaciones similares en distintas partes de Nayarit, pero el campamento depende en su totalidad de las donaciones y los voluntarios.