"Participa del último casting erótico del año con la dirección de Pequeño Hook”. El anuncio se difundió en redes sociales y rápidamente miles de correos electrónicos inundaron la bandeja de entrada del director español de cine para adultos Francisco Cruzado. Pero todo el entusiasmo se quedó casi en un calentón. A los más de 7.000 interesados en conocer las condiciones de la convocatoria de Quito se les bajó el interés al saber que tenían que pagar 50 dólares solo por participar. “Era la única manera de asegurarnos que quienes se presentaran, de verdad quisieran ser actores o actrices porno”, razona el cineasta.
Los que sí pagaron y se presentaron a la prueba -que se repitió en Guayaquil esta semana y volverá a Quito la próxima- no fueron más de 20. De ellos, solo cinco han dado la talla, de momento, para lo que la productora Mr. Pink Rabbit y el director español tienen en mente. No se trata solo de grabar una película porno en paisajes de postal ecuatoriana como la Amazonía, sino de levantar la industria erótica en el país desde cero. Lo primero es grabar la primera película para adultos con actores y actrices criollos a partir del próximo año. Lo siguiente es sacarle partido a sus futuras porn star en eventos, festivales de cine erótico y ferias de sexo.
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Justo eso es lo que desinfló el ánimo de los postulantes. “¿Dónde se va a distribuir la película? ¿Se me va a ver la cara? Es como si Brad Pitt preguntara en un casting si le pueden tapar el rostro para que no se vea en la película”, cuenta el director, ratificando con la experiencia el estereotipo de que el ecuatoriano, de cara al público, es muy conservador. “Aunque después se suelta”, apostilla. Pese a que ya tiene cinco perfiles que cuadran en su proyecto, la selección de rostros y cuerpos, siempre entre mayores de 18 años, no se ha cerrado. No es muy exquisito en cuanto a requisitos de belleza o músculos, porque lo que quiere es naturalidad y tener una buena agenda por si el negocio triunfa. De Ecuador, darían el salto internacional para difundir la marca del país.
Las escenas de sexo ya están en el imaginario del director y de los dos productores locales, Elena Vásconez y Luis Zambrano. Y la inversión también está pactada, aunque no se ha dejado de buscar más. “¿Cuánto costará la película? Depende: si solo filmo en una casa, pueden ser 3.000 euros, pero si preparamos una escena con un helicóptero en mitad de la selva, es mucho más”, detalla Cruzado. Eso es todo lo que adelanta sobre el guion porque quiere que el argumento de su película X criolla sea una sorpresa.
Le favorece, además, que los productores ecuatorianos dan más libertad para proponer secuencias que cuando grababa en España. El español, flaco, de pelo largo y barba tupida, no es nuevo en filmografía para adultos. De hecho, forma parte del equipo de XXDamm que acaba de ganar el premio Ninfa 2017 en la categoría de “mejor escena BDSM” en el Salón Erótico de Barcelona.