México, 8 nov (EFE).- El Gobierno de México condenó hoy la ejecución del mexicano Rubén Cárdenas Ramírez en una prisión del estado de Texas, Estados Unidos, informó su Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
Cárdenas, condenado a muerte por el secuestro, violación y asesinado de su prima de 16 años en 1997, fue ejecutado "luego de que se agotaran todas las instancias posibles, incluyendo recursos legales ante la Suprema Corte de Estados Unidos", señaló la SRE en un comunicado.
La ejecución del mexicano Rubén Cárdenas Ramírez se concretó ayer en la Unidad Carcelaria de Wall, en Texas.
El mexicano fue condenado a la pena capital tras haber violado y asesinado a su prima hermana, Mayra Azucena Laguna, en febrero de 1997.
Rubén Cárdenas Ramírez fue llevado a la cámara de la muerte y puesto en la mesa a las 21:55 horas. Se le preguntó si quería decir unas últimas palabras, a lo que se negó. En cambio, dio una declaración por escrito en la que simplemente expuso: “Regresaré por justicia”.
La inyección letal se le aplicó a las 22:05 horas y a las 22:26 se declaró la muerte del mexicano.
Pasó 20 años en el corredor de la muerte en la prisión de Allan B. Polunsky, en Livingston, Texas, hasta que en agosto se fijó fecha para ayer a las 18:00 horas, a través de una inyección letal.
La defensa del mexicano de 47 años nacido en Irapuato, Guanajuato, utilizó todos los recursos legales disponibles hasta el final.
La ejecución se retrasó porque la defensa interpuso dos recursos de apelación ante la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos a las 17:30 horas, para buscar aplazar la aplicación de la pena.
El lunes, la defensa de Cárdenas Ramírez pidió a la Corte de Apelaciones de Texas, que revisara el procedimiento a través del cual se obtuvo evidencia para inculpar al mexicano, además de que se solicitó realizar una nueva prueba de ADN. Ambas peticiones fueron rechazadas.
En consecuencia, se decidió llevar el caso ante la Corte Federal de Apelaciones del Quinto Distrito en Nueva Orleans, la cual también lo desechó por lo que se recurrió —como último recurso— a la Suprema Corte de Justicia de Estados Unidos.