La Paz, 21 oct (EFE).- Un tribunal de Bolivia sentenció a 20 años de prisión a un hombre por la violación en 2014 de una niña de 5 años, un caso que causó polémica hace unos meses después de que dos jueces permitieran que la menor comparezca en una audiencia en presencia de su agresor.
La Fiscalía General del Estado y el Ministerio de Justicia informaron hoy por separado sobre la sentencia, dictada la noche del viernes en Santa Cruz (este) en una audiencia reservada.
El tribunal dispuso que Miguel Ángel Hidalgo Orías, el agresor de la menor, cumpla su condena en el penal cruceño de Palmasola.
El Ministerio Público recordó que el suceso ocurrió en septiembre de 2014, cuando el acusado aprovechó la ausencia de los papás de la niña para ingresar a robar dinero a su vivienda y luego trasladarla a un terreno baldío donde abusó sexualmente de ella.
La directora general de la Niñez y Personas Adultas Mayores del Ministerio de Justicia, Ninoska Durán Burgoa, dijo que este caso se constituye en un precedente importante que restituye jurídicamente el derecho de la víctima, según un comunicado de esa institución.
El suceso cobró vigencia en julio pasado, después de que se conociera que los jueces Yovanna Gómez Mendoza y Rubén Rivera Hurtado permitieran que la niña, que ahora tiene 8 años, se presente a declarar sobre el suceso en presencia de su agresor.
Un canal local difundió entonces un video en el que se escucha a la menor llorando mientras da su testimonio frente al agresor, lo que fue condenado en su momento por el ministro de Justicia, Héctor Arce, y por grupos defensores de los derechos de las mujeres.
Según el comunicado del Ministerio de Justicia, lo ocurrido dejó en evidencia "el manejo desprolijo del caso por parte los administradores de justicia, retardación de justicia y el accionar negligente de los jueces", que fueron destituidos de sus cargos por el Consejo de la Magistratura.
Esa cartera de Estado se comprometió a seguir prestando ayuda psicoterapéutica, a través del Servicio Plurinacional de Asistencia a la Víctima (Sepdavi), para la restauración emocional de la niña y su entorno familiar. EFE