La cifra de muertos por un motín carcelario en el norte de México se elevó a 16 con el deceso de otros tres presos, informaron las autoridades el miércoles.
Dos guardias y varios reos también resultaron heridos durante los disturbios.
El vocero de seguridad del estado de Nuevo León, Aldo Fasci, dijo que todavía no se habían hecho todas las autopsias para determinar cuántos prisioneros murieron baleados por policías estatales y federales, quienes reprimieron el tumulto.
Fasci dijo que el motín fue atizado por “peleas entre bandas rivales”, de las cuales había seis en la prisión estatal de la ciudad de Cadereyta.
Uno de los guardias tenía un pulmón perforado y seguía en condición grave.
En el motín, los presos tomaron a los guardias como rehenes, los golpearon y amenazaron con arrojarlos desde el techo del penal de Cadereyta. Toda la tarde, desesperados familiares de presos exigieron información a las autoridades afuera de la entrada, mientras se elevaban columnas de humo en varios puntos.
Cuando la policía entró por primera vez para tratar de controlar la situación, fueron recibidos por unos 150 prisioneros que los atacaron con herramientas de metal y escombros de un proyecto que se estaba realizando dentro de la prisión.
Fasci dijo que los intentos de negociar fracasaron y que la policía no pudo contener el motín sin usar fuerza letal. Informó que los presos están separados de acuerdo con la pandilla a la que pertenecen, pero un grupo no tenía cabida porque sus miembros habían trabajado para diversas organizaciones.
El procurador estatal Bernardo González dijo que 54 reos estaban siendo investigados por crímenes cometidos durante el motín.
En marzo, cuatro reos murieron después de que tomaron control de una farmacia en la misma prisión y aparentemente tomaron tantos medicamentos que fallecieron de sobredosis.
En febrero del 2016, en otro penal en Nuevo León, 49 prisioneros murieron cuando se pelearon dos bandos del cártel de los Zetas. (AP).
