La Habana, 10 oct (EFE).- Los restos mortales del prócer Carlos Manuel de Céspedes, el "Padre de la Patria", y Mariana Grajales, considerada la "Madre de los cubanos", fueron enterrados hoy junto a los mausoleos de José Martí y el expresidente Fidel Castro, en el cementerio Santa Ifigenia de la oriental Santiago de Cuba.
La ceremonia militar, encabezada por el mandatario cubano Raúl Castro, sirvió además para conmemorar el 149 aniversario del inicio las guerras independentistas en la isla, una gesta que comenzó De Céspedes (1819-1874) el 10 de octubre de 1868 y continuó después Martí en 1895.
En el acto, al que asistieron las principales figuras del Gobierno de la isla, sonó de manera excepcional la campana que De Céspedes tocó en su ingenio La Demajagua el día del levantamiento, para lo cual fue trasladada desde su habitual sitio de honor en Bayamo, en la cercana provincia de Granma (oriente).
Ambos próceres fueron velados en guardia solemne presidida por Raúl Castro, quien luego llevó personalmente la urna de Céspedes hasta su tumba, acompañado por la secretaria de la oficialista Federación de Mujeres Cubanas, Teresa Amarelle, encargada de trasladar la caja de madera con los restos de Grajales.
El conjunto escultórico en mármol que acoge la tumba de Céspedes fue trasladado desde su posición original hasta la explanada principal del camposanto, llamado el cementerio de los Héroes por el gran número de próceres que descansan en él.
La escultura, rematada por una columna con un fuego eterno, fue colocada a la izquierda de la tumba de José Martí, venerado en la isla como el "Héroe Nacional".
A unos metros, frente a la efigie de bronce realizada para la ocasión por el artista santiaguero Alberto Lezcay, fue enterrada Mariana Grajales (1815-1893), madre de los generales mambises Antonio y José Maceo, y considerada el símbolo de la entrega femenina a la lucha por la independencia de Cuba, a la que sirvieron todos sus hijos y en la que perdió a su esposo.
"Este es un acontecimiento que sucede una vez en nuestras vidas", aseguró el Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal, encargado de pronunciar las palabras centrales de la ceremonia.
Leal se refirió a la "bella remodelación" de la necrópolis, en la que descansa desde diciembre de 2016, por voluntad expresa, el expresidente Fidel Castro, cuyas cenizas fueron colocadas por su hermano Raúl en un monolito situado a la derecha del imponente mausoleo de José Martí, de unos 26 metros de altura.
"Lo que surgió de la voluntad pública (…) ha sido colocado en lugar preferente, para marcar, como si fuera el dedo de la historia; un discurso comprensible para todos, al tiempo que sentamos las bases para la enseñanza de la historia y del sentimiento patriótico y nacional", señaló.
Así, "quedan juntos las principales figuras de la historia de la independencia en Cuba": Carlos Manuel De Céspedes, José Martí y Fidel Castro, este último como continuador de la voluntad de los héroes fundacionales, concluyó.