Guatemala: Vecinos ponen en práctica «castigo maya» tras azotar a mujer por robar res

Juana Salvador, de 18 años, originaria de Maczul, Chichicastenango, Quiché, recibió por segunda vez el castigo maya, ahora por haber robado una res.

 

Juan Zapeta, alcalde indígena, comentó que la primera vez que se le aplicó el castigo fue por haber robado ropa típica, en el mercado de Santa Cruz del Quiché.

El pasado jueves, Juana Salvador había ingresado a una vivienda en una comunidad de la cabecera, donde fue descubierta cuando llevaba una res.

Ese día las autoridades la detuvieron y la llevaron a una vivienda, donde se le colocó una cadena, pero pudo liberarse y huyó; sin embargo, horas después fue recapturada por los vecinos.

Luego de cuatro días, en los que las autoridades determinaban el castigo a aplicar, Salvador caminó por las calles de Santa Cruz del Quiché junto a la res que había robado. Al llegar al Parque La Unión, la señalada se hincó y dio dos vueltas en el lugar.

Seguidamente fue azotada seis veces en la concha acústica, a la vista de los vecinos y visitantes de la cabecera, la mayoría documentaba con su celular lo que ocurría.

De acuerdo con Zapeta, sí la mujer vuelve a ser detenida cometiendo algún ilícito será desterrada o si es detenida por la población, serán las personas que decidirán que castigo aplicarle.

Desde niños a personas de la tercera edad estaban a la expectativa del castigo que se le aplicó a Salvador, quien no quiso pronunciarse por lo sucedido.

Lucas Argueta, guía espiritual de Quiché, dijo que no hay una sola base histórica que demuestre que nuestros antepasados aplicaban castigos como azotes o moverse sobre sus rodillas.

“Nuestros abuelos decían póngalos a trabajar, porque a través del trabajo el hombre o la mujer recapacitan sobre sus malas acciones. No estoy de acuerdo con el castigo comunitario, las autoridades indígenas sabrán que están haciendo, pero no lo comparto”, señaló.

Flavio Ruíz, auxiliar de la Procuraduría de los Derechos Humanos, expresó su desacuerdo a esta práctica: “Esto es una violación a los derechos fundamentales de una persona y en especial de una mujer, he tenido varias reuniones con otras autoridades indígenas que no están de acuerdo con este tipo de castigo", dijo a Prensa Libre.