Catorce supuestos miembros de una banda de narcotraficantes en El Salvador fueron enviados hoy a juicio por la masacre de 9 personas, perpetrada en marzo de 2015 en una localidad cercana a la capital.
El Juzgado Especializado de Instrucción A de San Salvador también declaró "rebeldes" a otros 5 implicados en la matanza que se mantienen prófugos desde julio de 2016, cuando fueron arrestados los enviados a juicio.
La Fiscalía acusa a los detenidos por los delitos de homicidio agravado, agrupaciones ilícitas y robo de mercadería, por estar vinculados por lo menos a 9 casos de robo a camiones en las carreteras del país.
Según la declaración de un testigo presentada por la Fiscalía, los procesados llegaron hasta un estacionamiento de camiones en el municipio de Quezaltepeque (noroeste) para asesinar a un miembro de la estructura porque comenzó a negociar con otra banda.
Para no dejar testigos, los imputados capturaron a las personas que llegaban al lugar a estacionar sus vehículos y los asesinaron cada 5 minutos, pero dejaron con vida a un niño.
En un primer momento se manejó la versión de que la matanza fue perpetrada por el cártel de drogas mexicano "Los Zetas", ya que se filtró la información de que en las paredes del lugar del homicidio se encontraron zetas pintadas con sangre y una carta donde ese grupo se agenciaba el hecho.
Pero horas después de la masacre, el entonces director de la Policía Nacional Civil (PNC), Mauricio Ramírez Landaverde, dijo que esos elementos podían "ser un intento de desorientar la investigación".
No es la primera vez que se relaciona la actividad de "Los Zetas" con El Salvador, ya que en 2014 el entonces ministro de Seguridad, Ricardo Perdomo, dijo que este grupo "les proveen armas y les dejan drogas" para el "narcomenudeo" a los pandilleros salvadoreños.