El primer cardenal salvadoreño, Gregorio Rosa Chávez, dijo hoy durante una eucaristía de acción de gracias, tras recibir recientemente el título, que "El Salvador necesita sonreír y no estar contando muertos".
"Este país es un pueblo que sufre, que merece una suerte diferente; que necesita alegrías, sonreír y no estar contando muertos", sostuvo Rosa Chávez durante el acto religioso, realizado este martes en la capital de El Salvador, uno de los países más violentos del mundo.
El cardenal, de 74 años de edad, que este lunes celebró 35 años de ser obispo, ofició este día su primera misa como cardenal, en la parroquia San Francisco, donde fue acompañado por la feligresía y miembros del arzobispado.
Durante su intervención, el prelado contó a los asistentes su experiencia en el Vaticano, donde recibió el cardenalato de manos del papa Francisco, e instó a los creyentes a ser una "iglesia para los pobres, con una base sólida y al servicio de aquellos que más lo necesitan".
"El papa Francisco nos impulsa a que seamos una Iglesia profética, material, servidora y con esperanza (…), una Iglesia que se ponga de pie y mire a los ojos del otro de cara al futuro, pero sobre todo que se inspire en monseñor (Óscar Arnulfo) Romero", expresó.
Rosa Chávez aseguró que "es posible cambiar el futuro y la historia de este país, que tiene un pueblo admirable, con una calidad humana incomparable y que está siendo bendecido por el papa (Francisco) y el beato Romero".
Previo a este acto religioso, el primer cardenal salvadoreño visitó la tumba del beato monseñor Óscar Arnulfo Romero, ubicada en la cripta de la catedral metropolitana en San Salvador, en donde con cánticos y pancartas lo recibieron más de 100 personas.