Al menos nueve personas murieron esta madrugada en el central estado mexicano de Puebla, donde un grupo armado irrumpió en la localidad de Huehuetlán el Grande y sacó de sus casas a las víctimas, informaron fuentes policiales.
Los informes preliminares refieren que alrededor de la medianoche del domingo un comando irrumpió en la población y sacó de sus viviendas al menos nueve personas.
Cuatro fueron asesinadas en la vía pública frente a sus domicilios, entre ellas el comandante de la Policía Municipal de Huehuetlán el Grande.
Cinco personas más fueron privadas de su libertad y a las 10.00 hora local de este lunes (15.00 GMT) sus restos calcinados aparecieron en un paraje de Santo Tomás Chautla en el municipio de Puebla.
Elementos del Ejército Mexicano y de la Policía Estatal llegaron a la zona a restablecer el orden y tratar de dar con los responsables, sin que hayan tenido éxito hasta ahora.
El gobernador de Puebla, José Antonio Gali Fayad, declaró que la principal hipótesis del caso es un "ajuste de cuentas" entre grupos dedicados al robo de combustible.
Habitantes del lugar contaron que algunas víctimas se dedicaban a comercializar combustible robado, el cual es conocido en la región como "huachicol".
No obstante, algunos pobladores dijeron que el grupo armado llegó a cobrar "derecho de piso", como se conoce a las extorsiones de criminales a comerciantes, y que ante la resistencia de las familias cometió los asesinatos.
Desde hace año y medio el estado de Puebla ha sufrido un incremento en los hechos de violencia relacionados con el crimen organizado dedicado a la extracción ilegal de combustible de ductos de la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex).
Puebla ocupa el primer lugar nacional en el número de tomas clandestinas en ductos de la empresa.