Las autoridades sanitarias de Panamá lanzaron hoy la campaña "Prueba que salvan vidas", que busca sensibilizar a la población sobre el VIH-sida.
En el acto oficial de lanzamiento estará el ministro panameño de Salud, Miguel Mayo, y otras autoridades sanitarias del país, además de representantes de oenegés, de la Organización Panamericana de Salud y de ONUSIDA, entre otras.
Las enfermedades por VIH-sida están entre las causas de muerte de la población joven de Panamá, de acuerdo a un estudio oficial presentado a medidos de 2016 y que se realizó en base a datos estadísticos de 2013.
Según el informe "Juventud en cifras", el 12,63 % de las muertes de personas de entre 15 y 34 años registradas en 2013 fueron a causa de enfermedades por VIH.
De acuerdo a datos de la asociación Pro Bienestar y Dignidad de las Personas Afectadas por el VIH (Probidsida), en Panamá hay cerca de 14.000 casos de VIH, 10.000 de los cuales reciben tratamiento en los hospitales del sistema de salud pública.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en 2014 había en Latinoamérica cerca de 1,7 millones de personas seropositivas, 33.000 de las cuales eran niños, y que el 47 % de los mayores de 15 años tenía acceso a tratamiento antirretroviral.
En Panamá existen cerca de 18.000 personas infectadas de VIH, de las cuales el 88 % ya han sido diagnosticadas, indicó hoy el ministro de Salud Miguel Mayo.
"La noticia no es si hay más casos, la noticia es que descubramos todos los casos porque no le podemos dar tratamiento a una persona que no sabemos si tiene el virus", explicó Mayo durante el lanzamiento de una campaña nacional contra la enfermedad.
Se trata del tercer año consecutivo que el Gobierno lanza esta campaña de prevención, que tiene como objetivo realizar pruebas masivas de VIH en distintas partes del país.
Panamá se comprometió el año pasado a conseguir en 2020 el objetivo 90-90-90, lo que implica que el 90 % de las personas que viven con el VIH conocerán su estado serológico, que el 90 % de las personas diagnosticadas recibirán tratamiento antirretrovírico continuado y que el 90 % de las personas tratadas alcanzarán la supresión vírica.