El gobierno de Brasil declaró este jueves el fin de la emergencia nacional para el zika y la microcefalia asociada a ese virus, un año y medio después de que el brote de casos pusiera en alerta al gigante latinoamericano.
La decisión fue notificada a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y se debe principalmente a "la disminución de los casos de zika y microcefalia en todo el país", informó el ministerio de Salud en un comunicado.
"El fin de la emergencia no significa el fin de la vigilancia o de la asistencia" a las familias afectadas, aseguró el encargado de vigilancia del ministerio de Salud, Adeilson Cavalcante.
Brasil mantendrá además las medidas de combate al mosquito Aedes aegypti que transmite el zika (así como el dengue y la chicunguña). El brote de zika, asociado al aumento de nacimientos de niños con microcefalia, conmocionó al mundo a las puertas de los Juegos Olímpicos de Rio de Janeiro en agosto de 2016.
El ministerio de Salud subrayó que, desde inicios de este año hasta mediados de abril, Brasil registró 7.911 casos de zika, una caída de 95,3% respecto al mismo periodo del año pasado, cuando hubo 170.535 casos.
También el número de nuevos casos de bebés con microcefalia se redujo desde mayo de 2016, según los datos oficiales.
Desde enero pasado, el aumento de casos de recién nacidos con esa malformación congénita ha sido de 2% cada mes, mientras que en su pico a finales de 2015 se registraba un incremento mensual del 135%.
Desde que se iniciaron las investigaciones en noviembre de 2015, 13.490 casos de microcefalia fueron notificados al ministerio de Salud, que confirmó un total de 2.653. Actualmente, siguen en investigación 2.837 casos sospechosos en todo el país.
El virus del zika, que se descubrió en 1947 en una selva de Uganda con ese nombre, empezó a propagarse a inicios de 2015 en el nordeste brasileño y rápidamente se convirtió en una epidemia que se extendió de forma explosiva por toda América Latina.