Chile comenzó hoy a vender en farmacias medicamentos a base de cannabinoides, siendo el primer país en Latinoamérica en tener acceso a este tipo de remedios a través de boticas y hospitales, según informaron fuentes oficiales.
"Somos los primeros de Latinoamérica, eso ya es un hecho", señaló a Efe Roberto Roizman, presidente de la compañía chilena Alef Biotechnology, quien además destacó la "excelente respuesta de los profesionales" respecto a la llegada de este tipo de medicinas al mercado nacional.
El Instituto de Salud Pública (ISP) otorgó el pasado enero el permiso al laboratorio canadiense Tilray para importar los medicamento T100 y TC100, gracias a una alianza en conjunto con Alef Biotechnology, empresa farmacéutica encargada de la distribución del producto en el país austral.
Roizman afirmó que la llegada de estos productos significará un gran cambio para Chile, "va a haber acceso a un producto que cumple con todas las normativas internacionales. Esto permitirá a los médicos tener un muy alto grado de seguridad respecto a su uso" apostilló.
Asimismo, el laboratorio Alef Biotechnology obtuvo a través del ISP la autorización para producir cannabis medicinal con fines comerciales en Chile.
"Si vemos que el producto funciona y el volumen lo justifica vamos a considerar producirlo en el país", destacó a Efe el representante de Alef Biotechnology.
El medicamento está autorizado en primera instancia para su uso contra el dolor crónico, pero Roizman comenta que esto no significa que no pueda ser usado en otra enfermedades, "eso queda a discreción del médico", apuntó.
El T100 y TC100 podrá ser adquirido exclusivamente bajo supervisión médica y receta retenida, e inicialmente será comercializado en dos farmacias ubicadas en la capital chilena.
Respecto a la venta del producto en otras ciudades de Chile, Roizman dijo que "de aquí a seis meses vamos a estar en condiciones de poder expandir el piloto y poder masificarlo en forma definitiva".
Jaime Lobos, un químico que trabaja en una de estas farmacias, explicó que se han decidido a apostar por el remedio porque está fabricado con compuestos químicos, no fitoterapéuticos.
"No es un extracto simple de hierbas, siempre ha sido tratado como un medicamento. Está indicado para pacientes refractarios a otros tratamientos contra el dolor, la epilepsia o algunos síntomas del Parkinson", afirmó Lobos.
Solo se han pedido ocho unidades del medicamento, que cuesta 210.000 pesos chilenos (algo más de 300 dólares) y debe conservarse entre dos y ocho grados.