Cientos de personas se congregaron en un estadio de la ciudad panameña de Colón para despedir el féretro del futbolista Amílcar Henríquez, que fue asesinado a balazos el pasado sábado.
Los restos del deportista, que permanecían en la morgue de un hospital, llegaron a su casa en Colón al medio día de este miércoles y fueron trasladados hasta el estadio Armando Dely Váldes, donde juega el Árabe Unido, el equipo de Henríquez.
Hasta allí se acercó el presidente panameño, Juan Carlos Varela, que destacó la labor del deportista en la selección nacional y le agradeció "los momentos de gloria que le dio a nuestra camiseta".
"Hemos venido a ratificar nuestro compromiso y a darle total respaldo a sus hijos y a su esposa (…). Seguiremos haciendo lo necesario para darle a Colón la seguridad que se merece", indicó Varela.
Tras el homenaje en el estadio, al que acudieron sus compañeros de equipo y de selección, el féretro de Henríquez fue enterrado en el cementerio de Nueva Italia, a las afueras de Colón, su ciudad natal y una de las más peligrosas del país.
El crimen ocurrió la noche del pasado 15 de abril cuando el futbolista se encontraba jugando al dominó junto a unos amigos en una residencia a las afueras de Colón y el grupo fue tiroteado por varias personas desde un coche.
Henríquez, de 33 años y padre de tres niños, murió horas después en una clínica de Colón, donde también falleció otra persona, Delano Wilson.
Las autoridades detuvieron a las pocas horas a ocho personas, entre ellas tres menores para los que un tribunal decretó detención preventiva durante un año.
El mediocampista jugó en las últimas cuatro jornadas del hexagonal final de la Concacaf para el Mundial de Rusia 2018, en el que Panamá se encuentra en tercera posición.