Mocoa (Colombia), 5 abr (EFE).- Las autoridades colombianas iniciaron hoy una gran campaña de vacunación para los supervivientes de la tragedia de Mocoa, asolada por una avalancha que se ha cobrado al menos 293 vidas, para prevenir enfermedades como tétanos, difteria, varicela y hepatitis A.
"En este momento no tenemos brotes, pero le estamos madrugando a la vacunación para evitar que se presenten, teniendo en cuenta la dificultad del (acceso al) agua y las condiciones higiénicas en albergues", comentó a Efe Brigitte Forest, profesional especializada de enfermedades transmisibles del Ministerio de Salud.
En total, disponen actualmente de 10.000 vacunas contra el tétanos, 10.000 contra la varicela y 15.000 contra hepatitis que serán aplicadas a 35.000 personas.
Sin embargo, Forest detalló que en caso de necesitar más el Ministerio las aportará.
La ciudad cuenta con ocho puntos de vacunación, entre ellos uno en el albergue instalado en el Instituto Técnico del Putumayo (IPT), el que más supervivientes alberga de la ciudad.
Entre las principales preocupaciones está la de los menores que se encuentran en estos puntos, explicó Forest, quien indicó que el sistema inmunológico de los menores "está más débil" y por eso tienen "que hacerles protección".
Las dolencias que más preocupan son las de hepatitis A y varicela, pero Forest detalló que "las personas que tuvieron algún contacto con algún metal o con la tierra pueden tener tétanos".
Sin embargo, el médico epidemiólogo Pedro Nel Benavides se mostró convencido, con base en su experiencia, que es poco probable que haya brotes de tétanos de debido a la alta presencia de agua, que oxigenan la tierra y por tanto dificultan la aparición de tétanos.
En su opinión, Mocoa vive un "riesgo medio" de desarrollar epidemias y destacó que se hizo una buena primera atención a los damnificados.
"Pueden ser entre ocho y quince días donde uno espera (que aparezcan) patologías o enfermedades que se manifiestan para que se presenten, cuando hay heridas y contacto con la tierra", comentó Benavides.
El médico señaló que lo más grave es "la repercusión en lo psicosocial" de quienes han visto cómo en la tragedia perdían a familiares y sus bienes.
El drama comenzó en la madrugada del pasado sábado, cuando los ríos Sangoyaco y Mulato, que desembocan en el Mocoa, se salieron de su cauce y se llevaron por delante buena parte de la ciudad.
Precisamente para trabajar en el albergue del IPT han llegado varios psicólogos, entre ellos Geraldine Henao, de la Universidad San Buenaventura de Cali.
Ante la imposibilidad de hacer intervenciones individuales por el alto número de afectados, están haciendo trabajo con grupos.
"Después de una catástrofe como esta (surge) estrés postraumatico, rasgos psicóticos, depresión y proceso de duelo, no solo por la pérdida de familiares, sino también de enseres, mascotas y es el proceso es llevarlos a ellos a la activación de resiliencia", comentó.
Además les preocupa que hay muchas personas con enfermedades crónicas que no se llevaron sus medicamentos en la estampida para salvarse de la avalancha.
"Han abandonado tratamientos y ha llevado a que tengan enfermedades consecuentes a la primera enfermedad", concluyó.