José Mujica, expresidente de Uruguay, y Felipe González, expresidente del gobierno español, instaron este jueves a defender la paz en Colombia, durante la instalación del componente internacional que verificará la implementación del acuerdo con la guerrilla FARC para superar 52 años de conflicto armado.
Mujica y González fueron nombrados "notables" del mecanismo de control que debe monitorear el cumplimiento del pacto sellado en noviembre pasado entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, marxistas), principal y más antigua guerrilla del hemisferio occidental.
"Jóvenes, aprópiense de esta paz. Esto no es solo un armisticio de una guerrilla que se jubila y un gobierno que se va"; se trata del comienzo "de un cambio civilizatorio, de lo más importante de la historia de este país", dijo Mujica en el acto de lanzamiento del componente en la ciudad de Cali (oeste).
Santos, Nobel de Paz 2016 por sus esfuerzos de acabar con la violencia fratricida en su país, finalizará su segundo mandato el próximo año.
"Terminar con esta guerra es simbolizar que somos un continente de paz, casi un lujo en el mundo que nos toca vivir", agregó el actual senador Mujica, un exguerrillero de 81 años, que tras pasar 14 años preso fue diputado, senador, ministro y finalmente presidente.
A su turno, el expresidente del gobierno español llamó a "fortalecer la confianza recíproca" entre el gobierno y la guerrilla para asegurar el cumplimiento del pacto de paz.
"Entre la aceptación del acuerdo o la continuidad del conflicto, no tengo absolutamente ninguna neutralidad. Estoy por el acuerdo, porque se implemente y se desarrolle, y la historia del conflicto pase a ser eso: historia", dijo también González.
Santos agradeció a Mujica y González por su labor y aseguró que ellos "tendrán que dar cuenta al mundo de los avances en la implementación" del pacto, además de imprimirle un "sello de garantía".
Tras cuatro años de negociaciones en Cuba, gobierno y FARC sellaron un histórico pacto que pauta el desarme de la guerrilla y el cese al fuego bilateral y definitivo, crea un sistema integral de justicia y reparación a las víctimas, establece soluciones para el problema del narcotráfico y se compromete a garantizar el desarrollo rural.
En el marco del acuerdo, negociado durante cuatro años en Cuba, casi 7.000 combatientes de las FARC se encuentran concentrados en 26 puntos de Colombia para dejar las armas y prepararse para el regreso a la vida civil.
Las más de cinco décadas de conflicto armado en Colombia, en el que han participado guerrillas, paramilitares y agentes estatales, han dejado unos 260.000 muertos, 60.000 desaparecidos y 6,9 millones de desplazados.