Santiago de Chile, 30 mar (EFE).- Dos policías y un guardia privado heridos y 38 personas detenidas, además de comercios saqueados y daños a la propiedad, dejaron los incidentes ocurridos en Santiago de Chile este miércoles, en la conmemoración del Día del Joven Combatiente, informaron hoy fuentes oficiales.
Los datos fueron proporcionados por el intendente (gobernador) de la capital chilena, Claudio Orrego, quien destacó que esta vez los incidentes "fueron de menor intensidad y duración que en años anteriores".
Añadió, no obstante, que "siempre vamos a lamentar a cualquier persona herida, sobre todo si es un funcionario de Carabineros (Policía), que está para resguardar el orden público".
Según Orrego, entre los 38 detenidos hay acusados de desórdenes, algunos por uso de armas de fuego, lo que se confirmará más adelante.
El sargento segundo de Carabineros Dagoberto Santana recibió una pedrada en su rostro durante incidentes en la zona de San Bernardo, al sur de Santiago; y el sargento segundo Álex Zepeda fue atacado con perdigones mientras patrullaba en Quilicura, en el área norte de la ciudad.
En el caso de Santana, tres de los presuntos autores fueron detenidos tras una persecución policial, según las autoridades.
Además, un guardia de seguridad recibió un disparo en una mano mientras se encontraba en su trabajo en el municipio de Estación Central, donde surgió la conmemoración del Día del Joven Combatiente el 29 de marzo de 1985, cuando la Policía asesinó a dos hermanos adolescentes durante una protesta contra la dictadura de Augusto Pinochet.
El crimen ocurrió en la Villa Francia, un barrio de moradores especialmente combatidos en las protestas y las víctimas, los hermanos Rafael y Eduardo Vergara Toledo, militaban en el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR), una agrupación que combatió con las armas contra la dictadura.
Los hermanos fueron detenidos, llevados a una comisaría, asesinados y sus cadáveres acribillados abandonados después en una de las calles del barrio.
En los primeros años, la conmemoración era pacifica, consistente en un acto litúrgico y en una procesión encabezada por los padres de las víctimas, que también perdieron a otro hijo, Pablo Vergara Toledo, asesinado junto a su pareja en la sureña ciudad de Temuco, presuntamente por agentes de la dictadura.
Desde hace algunos años, aunque la liturgia se continúa celebrando, la conmemoración se ha tornado violenta, con saqueos, incendios, asaltos y tiroteos entre grupos de encapuchados que utilizan profusamente armas de fuego y la policía.
Al igual que en ocasiones anteriores, los incidentes se concentraron esta vez en los municipios de San Bernardo, Recoleta, Peñalolén, La Florida, San Miguel, San Ramón y Puente Alto, Qilicura y Huechuraba, donde un cortes de energía provocado por cadenas lanzadas sobre los cables afectó a unos 7.200 hogares.
El alcalde de Estación Central, Rodrigo Delgado, anuncio hoy una querella contra quienes resulten responsables de los daños provocados en ese municipio por los grupos de vándalos que actuaron en los disturbios.
Delgado denunció la destrucción de una oficina del cobro de los permisos de circulación, de una cámara de seguridad, de una cantidad no precisada luminarias LED instaladas hace pocos meses en el sector y de mobiliario urbano quemado con bombas incendiarias.