Centenares de salvadoreños demandaron justicia este viernes, al conmemorar el 37 aniversario del asesinato del arzobispo Óscar Arnulfo Romero, y exigieron que el caso no quede impune.
"Monseñor Romero decía la verdad, por eso hoy pedimos justicia, que se conozca la verdad de quienes lo mataron y el caso no quede en la impunidad", declaró a la AFP Daniel Reyes, de 63 años, un católico que participaba en una misa en la capilla del hospital Divina Providencia, donde el 24 de marzo de 1980 se produjo el magnicidio que conmovió a la comunidad internacional.
Sosteniendo en sus manos una pancarta con la imagen del pastor y la inscripción "San Romero de América", Reyes dijo confiar que prospere en un tribunal una solicitud para enjuciar a los involucrados en el crimen.
El jueves agrupaciones humanitarias solicitaron al juzgado Cuarto de Instrucción de San Salvador que reabriera el caso, luego de que fuera derogada una ley de amnistía que impedía cualquier demanda de justicia.
"Debemos exigir que las autoridades cumplan, porque la canonización no debe mitigar el esfuerzo de justicia. La verdad judicial debe ser ventilada en los tribunales", dijo uno de los 20 sacerdotes que ofició la misa.
Tras la misa, a la que acudieron delegaciones internacionales, se inició una peregrinación de feligreses que sostenían palmas en sus manos y mostraban el rostro de Romero estampado en sus camisetas blancas.
Una colorida y gigantesca pancarta de Romero encabezaba la marcha en la que desde un vehículo con altoparlantes se podía escuchar la última homilía que pronunció Romero el 23 de marzo de 1980, pidiendo el cese de la represión del ejército y cuerpos de seguridad que actuaban como escuadrones de la muerte.
En la céntrica catedral de San Salvador, el encargado de presidir la misa central de aniversario fue el obispo de Jalapa, Guatemala, Julio Cabrera Ovalle.
"Cuando una persona es asesinada a tiros por ser insobornablemente fiel al evangelio de Jesús de Nazaret, el Cristo, lo primero que debemos afirmar es que fue víctima de un crimen horrendo", reflexionó Cabrera.
Recordó que a una semana del crimen se produjo un segundo hecho violento cuando el funeral de Romero fue atacado con tiros y bombas desde el techo del Palacio Nacional, provocando decenas de muertos.
Los responsables
Este viernes, decenas de personas desfilaban frente al mausoleo de Romero, ubicado en el sótano de la catedral.
Al anochecer del 24 de marzo de 1980, Romero fue asesinado por un francotirador de los escuadrones de la muerte ultraderechistas mientras oficiaba misa.
Una comisión de la verdad creada por la ONU concluyó en 1993 que "existe plena evidencia" de que el mayor Roberto D'Aubuisson, fundador del derechista partido Alianza Republicana Nacionalista, fallecido en febrero de 1992, fue quien "dio la orden de asesinar al arzobispo".
Llamado "la voz de los sin voz" por su defensa de los más desposeídos y por denunciar las injusticias sociales, monseñor Romero fue beatificado el 23 de mayo de 2015.
El pasado 28 de febrero, el arzobispado de San Salvador envió las actas a la Sagrada Congregación para la Causa de los Santos en el Vaticano para que siga el proceso de canonización, tras completar la fase de investigación de un "posible milagro" atribuido a la intercesión de Romero.