La menor indicó a las autoridades que comía jabón y la agredían con una manguera. Asimismo la Fiscalía está a la espera de resultados para verificar si niña también sufría agresiones sexuales.
Dormía en el entrepiso, comía jabón, la quemaban con cigarros en el vientre, le pegaban con una manguera en la espalda, tenía un alto grado de desnutrición y su nariz está fracturada.
A ese nivel de sufrimiento y agresiones fue sometida una niña de 4 años por su propia familia en una humilde vivienda en Ojo de Agua de Pérez Zeledón, un poblado montañoso situado a unos 30 minutos del centro de ese cantón josefino.
El miércoles 1.° de marzo, tras recibir una denuncia, el Patronato Nacional de la Infancia (PANI) se presentó a esa vivienda, constató que la niña presentaba signos de violencia y la sacó de inmediato de la casa para llevarla al Hospital Escalante Pradilla de Pérez Zeledón, donde actualmente se recupera.
Un día después, el 2 de marzo, al enterarse del caso, la Fiscalía de Pérez Zeledón envió a un fiscal al centro médico, quien junto a un trabajador social y un forense conversaron con la menor para que ella les contara sobre lo sucedido. Ese día ella no les quiso hablar. Al día siguiente volvieron a insistir y ella les indicó que quienes la agredían eran su mamá, su tío y su abuela.
Luego de obtener el testimonio de la víctima, los fiscales iniciaron las gestiones para realizar un allanamiento en la casa donde ella vivía y así detener, en conjunto con el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), a los presuntos agresores.
"La menor hacía referencia de que dormía en el entrepiso, comía jabón y la amarraban. Parte del allanamiento era para verificar si se encontraban los chilillos o pedazos de manguera con que supuestamente le pegaban, el lugar donde dormía y detener a los adultos", explicó José Efraín Sanders, fiscal adjunto de Pérez Zeledón.
La madre y el tío son de apellidos Zúñiga Jiménez, de 25 y 18 años, respectivamente. La abuela, de apellidos Jiménez Alvarado, tiene 44 años.
De acuerdo con el reporte de la Fiscalía, existe una alta probabilidad de que la niña haya sido abusada sexualmente. Los análisis están en proceso.
En la casa se encontraban otros cinco niños, algunos hermanos de la menor y otros hijos de la abuela. Ninguno de ellos tenía signos de agresión y quedaron bajo custodia del PANI.