Fiestas con ron, disfraces creativos y música para bailar acompañaron las festividades del Carnaval durante tres días en esta ciudad del sur de Haití que no termina de recuperarse de los estragos causados por el huracán Matthew el año pasado.
Las personas bailaron y cantaron por tres días mientras olvidaban sus problemas en Les Cayes, la ciudad más grande del suroeste, a la que azotó en octubre un huracán de categoría 4.
El presidente Jovenel Moise decidió celebrar los actos oficiales del Carnaval de este año en esta localidad para que hubiera un poco de derrama económica en la zona a la que golpeó el temporal y en una muestra de solidaridad nacional.
Las celebraciones del martes fueron la última jornada y la más importante del Carnaval de Haití. El Carnaval, que antecede a la Cuaresma, es festejado en numerosos países de América Latina y el Caribe, y según la zona constituye una amalgama de culturas africana, española y autóctonas.
Numerosos haitianos marcharon con sus disfraces por las principales avenidas de la ciudad, las personas que tocaban los tambores llevaron relucientes con aceite y carbón las pieles de sus instrumentos, mujeres jóvenes bailaron vestidas de igual forma con llamativos tocados, y muchos hombres desnudos de la cintura para arriba se pintaron sus rostros y pechos.
El ritmo de las bandas tradicionales "ra-ra" y las divertidas canciones de Carnaval conocidas como merengues inundaron la tercera ciudad más grande de Haití.
Otras ciudades de Haití también celebraron en las calles el Carnaval, como Puerto Príncipe, Gonaives y Jacmel.