El estadounidense William Holbert, alias "Wild Bill", acusado de ser asesino serial, pidió este lunes perdón por los crímenes que se le atribuyen en Panamá y aseguró que nunca mató a ciudadanos del país centroamericano.
"Pido al pueblo panameño que recuerde que nunca en mi vida he dañado a un ciudadano panameño, nunca maté un panameño. Mis crímenes eran (…) entre la comunidad extranjera", dijo Holbert, de 37 años, en una declaración escrita que él mismo leyó a medios locales.
Holbert y la estadounidense Laura Michelle Reese fueron detenidos en 2010 acusados de homicidio agravado y robo en perjuicio de cinco norteamericanos. Actualmente aguardan juicio.
"Estoy totalmente arrepentido y acepto mi culpa por mis hechos egoístas", añadió poco antes de acudir a un juicio en su contra, que fue aplazado por una excusa médica presentada por su abogada.
Según las acusaciones, Holbert establecía amistad con extranjeros adinerados a quienes proponía comprarles inmuebles, pero los asesinaba y sepultaba en el jardín de su hotel Villa Cortez en Bocas del Toro, en el Caribe panameño.
"He confesado y apoyado a la fiscalía al 100 por ciento durante el proceso y he participado de la resocialización que me ofreció el sistema penitenciario", justificó Holbert.
"Wild Bill" y Reese fueron entregados a Panamá por Nicaragua, donde fueron detenidos por soldados que custodiaban la frontera con Costa Rica, a donde escaparon cuando comenzaron a ser investigados por la desaparición de norteamericanos.
Holbert era un empresario turístico admirador de Adolf Hitler y quería fundar una iglesia de borrachos de la que sería el primer "papa", contaron entonces a la AFP fuentes allegadas al caso.
Durante las pesquisas en su hotel también se encontraron dientes de oro que pudieran ser de alguna de los asesinados.