La infección por la bacteria Chlamydia trachomatis está creciendo en todo el mundo, al igual que otras infecciones de transmisión sexual (ITS). “Distintas razones explican este aumento”, expone Jordi Casabona, portavoz del Grupo de ITS de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc).
En ocasiones se alude a esta infección como una epidemia silenciosa, ya que en muchos casos no da síntomas. Tiene un buen pronóstico cuando se maneja de forma adecuada, pero puede desembocar en consecuencias graves si no se trata a tiempo.
Se estima que la infección por clamidia está presente en entre el 8% y el 10% de los jóvenes. Afecta a población joven y su máxima incidencia es en menores de 25 años.
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Formas de contagio y prevención
La clamidia se transmite “por relaciones sexuales a través de los fluidosmucosa vaginal, anal o del aparato urinario”, describe Casabona
El contagio es “por contacto directo” y se puede producir por “penetración vaginal, anal y por sexo oral”.
En lo que se refiere a la prevención, los expertos consideran que, al igual que en las demás ITS, el método más adecuado es el preservativo. “Utilizado desde el principio de la relación es seguro”, afirma Comunión. Casabona agrega que, “aunque puede haber transmisión en los preámbulos de la penetración, el uso sistemático y correcto del preservativo disminuye de forma importante el riesgo de adquisición de la infección por clamidia”.
¿Afecta de forma diferente a hombres y mujeres?
La bacteria Chlamydia trachomatis no afecta por igual a hombres y mujeres y la infección puede cursar de forma asintomática, especialmente en mujeres. “La sintomatología más frecuente es la de una inflamación del tracto urinario con escozor y molestias al orinar, pero puede variar en función de la localización”
En las mujeres infecta el cuello del útero y puede causar “cervicitis (inflamación del cuello uterino), aumento del flujo y coitalgia (dolor en el coito), pero en dos de cada tres mujeres es una infección asintomática”.
En los hombres infecta el epitelio uretral, pudiendo causar uretritis (inflamación de la uretra), molestias al orinar y supuración uretral. También puede producir epididimitis (inflamación del epidídimo, la estructura tubular detrás del testículo donde maduran los espermatozoides).
El tratamiento actual de la clamidia se basa en un solo antibiótico, habitualmente doxiciclina (100 mg cada 12 horas durante 7 días) o azitromicina (una única dosis). Es una terapia muy efectiva y prácticamente sin efectos adversos. Tal y como resalta Comunión, “es importante tratar también a la pareja” del afectado.