Para Anthony Joshua un nocaut devastador ha dejado de ser el único recurso. Tampoco piensa perseguir desesperadamente a Deontay Wilder en busca del cinturón de peso completo que no forma parte de su colección.
Se trata de la versión 2,0 de Joshua.
Después de un año que él mismo ha catalogado como “montaña rusa”, la estrella británica retomó su condición de multicampeón de peso completo luego de vencer por decisión unánime a Andy Ruiz Jr. en su revancha en Arabia Saudí.
Pero al escuchar a Joshua tras el combate surge una sensación de que está listo para tomar un nuevo rumbo hacia el dominio de la máxima división. El drástico cambio de estilo de pelea y de mentalidad es un indicio de ello.
Frente a Ruiz, Joshua replanteó su enfoque _“Lo remonté al estilo de la vieja escuela, de la década de 1970”, señaló_ y usó el juego de piernas en lugar de su tradicional poder de puños para ir mermando gradualmente a su rival.
“El boxeo es una ciencia adorable”, afirmó un sonriente Joshua. “Golpear y no ser golpeado. De eso se trata esto”.
Para un peso completo que hizo fama como un mercader del nocaut, Joshua sólo ha ganado una de sus últimas cinco peleas mandando a la lona a su oponente, en un periodo de dos años y medio. Se ha tornado más cauteloso, una especie de estudiante del boxeo.
Todo indica que eso no cambiará durante su segundo periodo como campeón después de recuperar los títulos de la AMB, OMB y FIB.
Joshua dijo haber aprendido la lección de no prepararse adecuadamente para su primer enfrentamiento con Ruiz en junio, que terminó terriblemente mal tras ser derribado cuatro veces antes de que el réferi detuviera en el séptimo round el combate en el Madison Square Garden.
Cuando se le preguntó si los aficionados habrían esperado más de él en la polémica revancha en Medio Oriente, en la que evitar la confrontación directa con Ruiz fue crucial en un plan de pelea, el británico de 30 años respondió: “De haber boxeado siguiendo la opinión del público y la gente, quizá no habría sido victorioso. Confié en mi propio proceso y ahora soy el campeón. Voy a seguir mis instintos mientras boxeo”.
Una nueva etapa de madurez también podría servirle a Joshua en un proceso aparentemente interminable rumbo a un choque con Wilder, el campeón del CMB que posee el título que Joshua necesita para convertirse en el primer campeón absoluto desde que Lennox Lewis lo hiciera a inicio de este siglo.
“Me encantaría unificar los cinturones”, aseveró Joshua. “Pero cuando uno va en persecución de algo… es como cuando uno pelea. En ocasiones si me concentro en la mano derecha, o en el gancho izquierdo, me podría tomar desprevenido.
“He notado que ir tras esa pelea no me beneficiaba. Así que simplemente dejaré que el camino se abra por sí solo. Cuando se presente por sí sola la oportunidad de convertirme en campeón mundial indiscutido de peso completo, definitivamente daré un paso al frente y asumiré el reto”.
Así que, de momento, es probable que Joshua enfrente a retadores obligatorios, quizá empezando con el búlgaro Kubrat Pulev en la primavera a fin de retener el título de la FIB. Luego, Oleksandr Usyk _el campeón absoluto de peso crucero que recientemente ascendió a los completos_ en el verano para defender su fajín de la OMB.