Además de la actividad que actualmente tiene el Volcán Masaya, es importante contextualizarla dentro del panorama general de la actividad volcánica en Nicaragua.
Este país centroamericano es conocido por albergar una serie de volcanes activos, que incluyen el Telica, San Cristóbal, Cerro Negro, Momotombo y Concepción, los cuales, según el Instituto Nicaragüense de Estudios Territoriales (INETER); se encuentran en relativa calma en este momento.
El Volcán Masaya, sin embargo, presenta ciertas particularidades. Por un lado, el material de derrumbe cubre el lago de lava en su cráter, lo que impide la salida de gases. Este fenómeno, conocido como «lago de lava», es una característica única que lo distingue de otros volcanes.
El reacomodamiento y la subsidencia de este material generan ruidos dentro del cráter, debido a la colisión entre los fragmentos de roca; lo cual se registra como señales sísmicas.
Más datos del Volcán Masaya
Por otro lado, la pluma de gases del Volcán Masaya es ligera y constante, emitiéndose desde el conducto secundario y las fracturas de las paredes Nor-Oeste y Sur-Oeste. Sin embargo, se observa una leve disminución en la desgasificación debido a los últimos derrumbes que han recubierto el cráter.
Este proceso de desgasificación es fundamental para monitorear la actividad volcánica y evaluar posibles riesgos para las comunidades cercanas.
Es importante destacar el papel crucial que desempeña el INETER en el monitoreo de la actividad volcánica en Nicaragua. Este instituto realiza capacitaciones regulares para obtener datos de manera más precisa y oportuna, lo que contribuye a una mejor comprensión de los procesos volcánicos y a una adecuada gestión del riesgo volcánico.