La Asociación Médica de Corea del Sur (KMA), cumplió este miércoles ocho días de huelga, proceso durante el cual cerca de 8.940 galenos en prácticas -el 72,7 por ciento de todo el país– presentó cartas de renuncia y abandonó sus puestos.
Los profesionales de la salud, se oponen a la medida orquestada por el Gobierno de aumentar en 2.000 plazas al año la cuota para nuevos estudiantes de Medicina.
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Sostuvieron que el salario y las condiciones laborales deberían ser la prioridad, en lugar del plan del gubernamental; para aumentar el número de trabajadores sanitarios.
Asimismo, de acuerdo a los reclamos de los médicos residentes, las universidades no están en condiciones de soportar un número abruptamente mayor de estudiantes de Medicina.
Batalla de salud en Corea del Sur
En tanto, valoraron que una gran cantidad de estudiantes reclutados adicionalmente intentarían trabajar en áreas de la Medicina más populares y bien remuneradas, como cirugía plástica y dermatología; mientras la prolongada escasez de médicos en áreas esenciales y en especialidades mal remuneradas como pediatría, obstetricia y departamentos de emergencia se mantendría sin cambios.
En ese sentido, la KMA reiteró que peleará «hasta el final» para que no se incrementen las plazas en las facultades; y convocó a una manifestación en la que se prevé la asistencia de unas 20.000 personas el próximo 3 de marzo, en Seúl.
#TheTopStory The South Korean president says the government will not compromise on its stand on medical reforms as around nine thousand trainee doctors continue their strike. https://t.co/vhzAm771kE
— CGTN Radio (@CGTNRadio) February 28, 2024
Por su parte, el Gobierno sostiene que es necesario aumentar las plazas en las facultades de Medicina ante la escasez de médicos; especialmente en zonas rurales.
Este lunes, la viceministra de Salud, Park Min-soo; declaró que la Administración no buscará ninguna medida disciplinaria contra los médicos en huelga si regresan a trabajar antes del jueves.
Sin embargo, advirtió que cualquiera que no cumpla con el plazo sería castigado con una suspensión mínima de tres meses de sus licencias médicas y enfrentaría medidas legales adicionales; como investigaciones y acusaciones por parte de los fiscales.