Un 13 de diciembre de 1950 en la ciudad de Managua, nace un ejemplar combatiente y estandarte de la unidad sandinista; el Comandante Camilo Antonio Ortega Saavedra conocido popularmente como “Mundo”. Proviene de una familia muy humilde, pero con grandes ideales revolucionarios. Sus padres Daniel Ortega y su madre Lidia Saavedra, ambos le inculcaron a sus seis hijos a defender la igualdad social y el igualitarismo.
Carlos Ortega cursó la primaria en el Instituto Pedagógico de Managua. Varios lo recuerdan como niño inquieto, rebelde y siempre contestario a las medidas represivas del colegio. A sus diez años, el 23 de julio de 1960, participó en las actividades de agitación en el Instituto; en conmemoración del primer aniversario de la masacre a los estudiantes de León en 1959 a manos de la Guardia Nacional.
Seguro de sus ideales, formo parte de la Juventud Patriótica involucrándose en la lucha antidictorial; junto a sus hermanos Daniel y Humberto y otros amigos, entre ellos Carlos Reyna, Edmundo Pérez, Enrique Lorente Ruiz, Ernesto Fernández, Selim Shible y Jacinto Suárez.
En 1964 hasta 1966 trabajo con las movilizaciones de Frente Estudiantil Revolucionario (FER), en 1966 se encarga de formar los llamados comandos armados sandinistas; junto a Jorge Guerrero y Selim Schible y un año más tarde participa de las acciones bélicas que el partido realizaba.
Ideales Revolucionarios
El FSLN en 1972 lo envía a Cuba para recibir entrenamiento político militar. En ese periodo Camilo se relacionó con el Comandante en Jefe de la Revolución, Carlos Fonseca Amador, luego en 1973 a 1975 fortaleció su formación política, militar e ideológica con mucha disciplina, estudiando muy atento la teoría revolucionaria, para luego formar una línea estratégica que posteriormente utilizaría el Frente en la llamada “Ofensiva Final”; respaldada por el comandante Carlos y otros dirigentes cuando regreso a Nicaragua a finales del año 1975.
Camilo Ortega, el apóstol de la unidad
Un 21 de febrero de 1978, en conmemoración del 44 aniversario del asesinato del General Augusto C. Sandino, los combatientes sandinistas y la población de Monimbó levantan barricadas, quema casas y vehículos de reconocidos somocistas, es la insurrección de un pueblo y se extendió esta lucha a otros barrios de la ciudad de Masaya. En el lugar conocido como Las Sabogales, un pequeño poblado de Masaya, el 26 de febrero del mismo año, se convertía en el escenario de una implacable masacre de la Guardia somocista contra el pueblo nicaragüense.
Pero un hombre valiente en medio del fuego de las ametralladoras, gritaba “¡Viva el Frente Sandinista!”. Era el grito de fuerza del Comandante Camilo Ortega Saavedra, quien junto a sus compañeros de lucha Moisés Rivera y Arnoldo Quant, se enfrentaba con escasas armas a las tropas de la infantería somocista EEBI y horas después caían heridos para luego ser torturados y asesinados en la mesa de los tormentos. El cuerpo del comandante Camilo quedó totalmente desfigurado debido a los crueles golpes por los verdugos de Somoza.