Su rostro mostraba su sentir, su mirada perdida evidenciaba su arrepentimiento, pues una mala decisión al volante ahora lo tiene en una audiencia preliminar. Esto es el caso de una muerte por accidente en Carretera a Masaya.
El nombre de este joven es Hugo Fernando Mendoza Altamirano, quien el 13 de enero del año en curso se vio envuelto en un accidente de tránsito, donde una mujer de identidad aún desconocida perdió la vida de forma instantánea tras ser arrollada por el vehículo que este conducía; en el kilómetro 11.4 de la Carretera a Masaya.
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«Actuando en un total menosprecio hacia la vida de las personas que transitaban por esa vía, realizó una maniobra de un giro indebido en zigzag, ingresando en el andén peatonal y paso de ciclistas y por el estado de embriaguez en el que conducía, impactó la parte anterior derecha del vehículo que conducía en la parte posterior de la bicicleta, color morado, que conducía la víctima, identificada únicamente como femenina, piel color blanca, camisa deportiva color verde, pantalón deportivo color rojo, con zapatos deportivos color blanco»; aseguró la representante del Ministerio Público.
Una muerte trágica en Carretera a Masaya
«Esta tenía aproximadamente 45 o 55 años de edad. Producto de dicho impacto fue catapultada y cayó sobre el pavimento, falleciendo en el lugar por hemorragia torácica abdominal masiva, trauma craneoencefálico severo, más trauma traqueoabdominal severo»; continuó.
En la relación de los hechos, la fiscalía enfatizó que el joven fue sometido a una prueba de alcoholemia; misma que arrojó 1.87 grados de alcohol por litro de sangre.
«El acusado continuó la marcha del vehículo que conducía aproximadamente 1 km, llevándose incrustada la bicicleta de la víctima en la llanta delantera derecha, lo que impidió que este continuara la marcha y se diera a la fuga»; agregó la parte acusadora.
La jueza décimo de audiencia, Gloria Saavedra, tras valorar la acusación, terminó admitiéndola, ya que esta cumplía con todos los requisitos de ley. Se catalogó de clara, precisa y circunstanciada en modo tiempo y una posible participación.
La audiencia inicial se reprogramó para el 26 de enero.