Entre los hilos y las telas, ha transcurrido la vida de doña Mara; una mujer oriunda de Monimbó, Masaya que se gana la vida hace más de 30 años a través de la costura.
«Darle gracias a Dios porque mi mamá me lo heredó, ella comenzó con lo que es costura. Ella me instó a la costura, entonces se me dio la oportunidad de aprender. Con eso, gracias al Señor, he salido adelante. Salí fuera del país a Costa Rica y agarré unos cursos, luego me vine a trabajar en mi país», dice doña Mara en Masaya.
- Te puede interesar: Esto podría gastar un padre para mandar a la escuela a su hijo
La máquina de coser es su herramienta para poder dar abasto a una de las temporadas más demandadas del año: la escolar.
«Estoy trabajando bastante, gracias a Dios, para varios colegios. También saco una pequeña producción para el Colegio San Luis de Costa Rica y la escuela Guayabal que es en Cartago. Ahí saco la producción y ya eso es con encargos», enfatizó la artesana oriunda de Monimbó, Masaya.
Esta artesana del textil vestuario de Masaya se preparó con anticipación para poder dar abasto a la demanda de la población que busca uniformes de diferentes estilos y tamaños, así como los trajes deportivos.
«Ha sido muy movido. Como vienen de todo colegio: pantalones, faldas, buzos. Pero también tengo otras personas que me trabajan, me arman. Contribuyo en los mercados, pero no mucho porque no soy abasto. Cuando ya la temporada baja un poco, entonces empiezo a regar en los mercados como el oriental y el Roberto Huembe. Este año ha sido un éxito porque me preparé y ya estoy vacía. Las medidas son las que vienen más, y ya estoy tope», agregó la emprendedora de Masaya.
«Una vez concluya la temporada, doña Mara continúa con su labor, pero esta vez a flote la elaboración de estilos casuales; blusas, pantalones o vestidos para niñas, todo bajo encargos». En esta temporada, desde que dio inicio en enero, destacó Briceño que ya ha vendido más de 500 camisas escolares e igual número de faldas.