Con profundo pesar, la comunidad nicaragüense, la Fundación Incanto y familiares lamentan la partida, a los 79 años; del destacado profesor Alberto San José, director de INCANTO, cariñosamente conocido como el amante del canto lírico.
Expresan que recordarán al gran maestro por su excepcional habilidad para fortalecer y promover talentos en el canto; así como por su humildad al cultivar y sembrar más talentos en nuestro país.
«Para las nuevas generaciones, el maestro San José debe ser recordado con alegría y con devoción porque fue un hombre que entregó su vida entera por la cultura nicaragüense. Él creyó en Nicaragua, en la juventud nicaragüense, en el talento nicaragüense, y creo que su labor es palpable para todos nosotros»; expresó Elisa Picado, artista nicaragüense.
Alberto San José se entregó por completo a su familia, amigos y compañeros de trabajo; dejando un legado imperecedero de amor y alegría que perdurará en los corazones de quienes lo apreciaban.
«Él fue reconocido por nuestro gobierno por sus méritos, por su entrega, por su pasión y sobre todo porque hizo de Nicaragua su segunda patria. También el teatro lírico de La Habana también mandó una nota de condolencia y reconocen la labor, el trabajo que hizo el maestro Alberto San José en el teatro musical de Cuba; con mucha experiencia y muchos años. Justamente, todos esos conocimientos nos vino a aportar a nuestro país.»
Su contribución al ámbito musical nicaragüense ha sido invaluable, marcando una huella imborrable a lo largo de los años. Su capacidad para inspirar y nutrir el talento artístico ha dejado una profunda impresión en la comunidad.
En la solemne eucaristía de despedida a este gran maestro, asistieron autoridades de instituciones de Gobierno, artistas líricos, el Compañero Laureano Ortega Murillo, director general de Fundación Incanto, y Karen Santamaría; coordinadora general de Fundación Incanto.
Alberto San José deja un vacío significativo
En este momento de duelo, se honra la memoria del maestro San José, destacando su impacto positivo en la escena artística y su legado de enseñanzas que seguirán resonando en las futuras generaciones.
«Yo me siento agradecido con Dios por haber tenido a este maestro en mi vida. El maestro Alberto fue una parte fundamental de mi crecimiento y estoy seguro de que muchos de los que estamos aquí, como seres humanos y artistas; conocimos a una persona excepcional, extraordinaria», dijo Laureano Ortega, director general de Fundación INCANTO.
«Nos toca a nosotros seguir adelante con su trabajo. Ha sido enorme. Ha sembrado esta semilla en un país donde no existía este tipo de arte. Y tanto que estamos aquí presentes el día de hoy. Por supuesto que le deseamos la paz eterna; el descanso eterno, pero seguramente aquí su labor continúa en nuestros corazones y seguiremos adelante con ese trabajo», agregó Ortega.
La pérdida de Alberto San José deja un vacío significativo, pero su espíritu perdurará en la música que tocó y en los corazones de aquellos a quienes tocó con su dedicación y pasión por el canto lírico.