Un equipo de científicos liderado por Forrest Horton, geoquímico del Woods Hole Oceanographic Institution, ha descubierto una cantidad inusual de gas helio en rocas del Ártico, lo que podría indicar una fuga en el núcleo de la Tierra.
Las rocas en la Isla de Baffin, al norte de Canadá, presentan las proporciones más altas jamás registradas de dos isótopos de helio, el helio-3 (3He) y el helio-4 (4He). Estos isótopos se formaron hace aproximadamente 4.600 millones de años; durante la creación de la Tierra y quedaron atrapados en su interior desde entonces.
Hasta ahora, se creía que las pequeñas cantidades de helio-3 y helio-4 en la superficie provenían del manto terrestre. Sin embargo, los niveles inusualmente elevados, casi 70 veces mayores que los de la atmósfera, sugieren un origen más profundo, posiblemente el núcleo de la Tierra.
Este hallazgo desafió la creencia de que el núcleo y las capas internas de la Tierra están aisladas geoquímicamente, respaldando la idea de que pequeñas cantidades de elementos, como el helio-3 y helio-4; podrían filtrarse desde el núcleo.
Altas concentraciones de helio en el Ártico desconciertan a los científicos
Los elementos que se filtran podrían incorporarse a estructuras subterráneas llamadas plumas mantelares, que suministran magma a los puntos volcánicos calientes; como Hawái e Islandia en la actualidad. El helio-3 podría contener información crucial sobre la formación de la Tierra.
Además, este descubrimiento sugiere que el núcleo terrestre pudo haber sobrevivido al impacto que dio forma a la Luna hace 4 mil millones de años; lo que implica que el helio y otros elementos ligeros podrían haber estado resguardados en el núcleo.
El helio-3 es un isótopo valioso para la fusión nuclear, una fuente de energía potencial. Aunque se han detectado rastros de helio-3 en lugares como la Isla de Baffin; se requerirían fuentes más abundantes para su extracción y uso en aplicaciones tecnológicas.
Este hallazgo sugiere un interior terrestre más dinámico de lo que se pensaba, donde los elementos pueden moverse entre las partes metálicas y rocosas de la Tierra; ofreciendo una visión única de la historia y composición del planeta.