La tiroides, una pequeña glándula ubicada en la parte frontal del cuello, desempeña un papel crucial en la regulación de numerosos procesos vitales del cuerpo humano; desde la digestión hasta el ritmo cardíaco.
Esta función central la hace una pieza clave en el funcionamiento adecuado del organismo, y cualquier disfunción puede tener un impacto significativo en la salud.
Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, MedlinePlus, la tiroides es vulnerable a diversas afecciones; una de las cuales es la producción excesiva de hormonas tiroideas, conocida como hipertiroidismo. Esta afección puede ser causada por nódulos tiroideos, tiroiditis (inflamación de la glándula) o la ingestión excesiva de yodo a través de medicamentos y alimentos.
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El hipertiroidismo afecta tanto a hombres como a mujeres, pero se ha observado que las mujeres mayores de 60 años tienen un mayor riesgo de desarrollarlo. Además, antecedentes familiares; diabetes tipo 1 y anemia pueden aumentar la probabilidad de su aparición.
En contraste, cuando la glándula tiroides no produce suficientes hormonas tiroideas, se desarrolla el hipotiroidismo. Esta condición puede causar síntomas como estreñimiento, aumento de peso, fatiga, ritmo cardíaco lento y debilidad muscular. Nuevamente, las mujeres mayores de 60 años; los pacientes con diabetes tipo 1 y aquellos con enfermedades autoinmunes como artritis reumatoide o lupus tienen un mayor riesgo de hipotiroidismo.
Un aspecto importante a considerar es la relación entre la tiroides y el cáncer. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa que el cáncer, en general, fue responsable de al menos 10 millones de casos en 2020; con cánceres de mama, próstata, pulmón y colon como los más comunes. Sin embargo, el cáncer de tiroides, aunque menos frecuente, es una realidad que no debe pasarse por alto. Este tipo de cáncer se origina debido a la reproducción descontrolada de células en los tejidos de la glándula tiroides.
El Instituto Nacional del Cáncer (NCI) destaca que la exposición a la radiación y la presencia de nódulos tiroideos son factores de riesgo para el cáncer de tiroides. Sin embargo, es importante subrayar que la presencia de un factor de riesgo no garantiza que una persona desarrolle cáncer de tiroides; ni su ausencia asegura que esté exenta de esta enfermedad.
Factores de riesgo específicos en mujeres:
Además de los factores generales de riesgo, algunas condiciones y circunstancias específicas a las mujeres pueden aumentar la probabilidad de problemas en la tiroides:
Edad: Las mujeres entre 25 y 65 años tienen un riesgo aumentado de cáncer de tiroides.
Embarazo reciente: El hipertiroidismo puede ser más común en mujeres que han tenido un embarazo en los últimos 6 meses.
Parto prematuro: Esta condición también puede aumentar el riesgo de hipertiroidismo.
Presión arterial alta durante el embarazo: Se ha relacionado con un mayor riesgo de hipertiroidismo.
Pérdida de un bebé: Tanto el hipertiroidismo como el hipotiroidismo pueden ser consecuencias de la pérdida de un bebé.
Problemas de fertilidad: El hipertiroidismo también se ha asociado con problemas de fertilidad en mujeres.
Síntomas de problemas en la tiroides en mujeres:
Los síntomas de problemas tiroideos pueden variar según si se trata de hipertiroidismo o hipotiroidismo, pero algunos de los síntomas comunes incluyen:
Estreñimiento.
Debilidad y fatiga.
Aumento de peso.
Cabello quebradizo.
Piel reseca.
Ronquera.
Caída del vello corporal.
Frecuencia cardíaca lenta.
Cambios de humor.
Temblores.
Debilitamiento muscular.
La tiroides, juega un papel esencial en la regulación de la salud, y comprender los factores de riesgo y los síntomas asociados puede ser fundamental para su detección temprana y el manejo adecuado de las afecciones tiroideas; especialmente en las mujeres, que tienen un riesgo ligeramente mayor. La vigilancia médica y la conciencia sobre estos temas son esenciales para una salud óptima.